Arrasadas 215.000 hectáreas por el fuego en Portugal
El Gobierno luso estima que unas 215.000 hectáreas -un 2,5% del Portugal continental y una extensión que sería la mitad de La Rioja- han sido consumidas por las llamas en lo que va de año. Esta cifra, presentada ayer por la Dirección General de Bosques, no incluye el área quemada por el violento incendio que desde hace cuatro días se propaga por la sierra de Monchique, en la provincia sureña de Algarve, y que ha obligado a la evacuación de 300 personas.
Los bomberos esperaban controlar este incendio durante el día de ayer, pero la activación de un nuevo fuego en la misma zona obligó a la dispersión de los medios y las llamas se volvieron totalmente incontroladas. Los bomberos temían ayer que el rápido avance de un frente llegara a las zonas turísticas del litoral y al Parque Natural del Sureste Alentejano.
Las temperaturas se situaron ayer por encima de los 42 grados y, con la ayuda del viento, el incendio se propagó sin posibilidad de ser circunscrito por los bomberos. Ante esta situación, y con la reducción de medios terrestres y aéreos, los bomberos optaron por concentrar sus esfuerzos en la defensa de los pueblos directamente amenazados por el fuego. Casi 350 hombres, apoyados por 100 vehículos, tres helicópteros, tres aviones alemanes, un español y otro portugués intentaban controlar el incendio.
Vilarim Reis, de la dirección operacional de los bomberos, explicó que la formación de "techos de aire caliente" impedía una actuación eficiente de los medios aéreos: "Estos techos crean inestabilidad en los aviones y sólo es posible lanzar agua desde una altitud considerable y no sobre las llamas".
Fuegos todavía activos
Decenas de otros focos de incendios seguían ayer activos en Portugal. La ola de incendios que devasta el país desde hace 16 días afecta a la zona centro. Temperaturas muy altas, una reducción drástica de los niveles de humedad y sucesivas tormentas secas parecen ser los culpables de la propagación incontrolada de las llamas. Portugal ha pedido ayuda a la UE, a Marruecos y a la OTAN.
El Gobierno estima en 1.000 millones de euros los daños globales causados por el fuego y declaró zona catastrófica todo el país. Quince personas han muerto, centenares de casas y edificios públicos han ardido y se teme que la importante industria maderera sufra las consecuencias de la devastación durante los próximos años. Las maderas, la celulosa, el papel y el corcho constituyen el 10% de las exportaciones portuguesas, unos 2.713 millones de euros en el año 2002. El sector representa más del 3% del producto interior bruto, es el único con una balanza comercial positiva y proporciona empleo directo a unas 74.000 personas.
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