Una exposición reivindica la mordacidad de Oposso
La muestra reúne en Tarragona 125 obras en lápiz, tinta, óleo y acuarela en las que el ilustrador catalán, uno de los más importantes y populares del siglo XX, retrata con ironía la sociedad.
La vida bohemia de entre siglos, escenas cargadas de ironía sobre la sociedad catalana de principios del XX, denuncia social e, incluso, humor gráfico sobre política internacional, conforman las 125 obras a lápiz, tinta, óleo o acuarela de Ricard Opisso, (Tarragona, 1880-Barcelona, 1966), uno de los ilustradores más importantes y populares del pasado siglo, que se pueden ver en Tarragona, en la sede de la Fundación Caixa de Tarragona, hasta el próximo 2 de noviembre. Hace más de 20 años que no se hacía ninguna exposición de la obra de Opisso; la última fue en 1980, y ésta es una de las más completas sobre un ilustrador cuya visión irónica y mordaz reivindica esta exhibición.
La exposición repasa una trayectoria que se inició de la mano del arquitecto Antoni Gaudí, del que Opisso fue discípulo y del que acabó distanciándose. Mientras el primero fue un beato irredento, el segundo optó por una vida disoluta, o, cuando menos, más placentera. No en vano, sus creaciones más conocidas de los últimos años del siglo XIX, que se concentran en el primer bloque de la exposición, retratan a los personajes, entre ellos Picasso, que frecuentaban la taberna barcelonesa Els Quatre Gats.
Pese a que Opisso tuvo algún escarceo con la pintura, destacó como ilustrador, lo que le dio gran popularidad al publicar en la década de 1920 en diversas publicaciones satíricas catalanas como L'Esquella de la Torratxa, La Campana de Gràcia o Cu cut!. "Su estilo se simplifica y aparece el Opisso más incisivo", explica el comisario de la muestra, Jordi Carbonell. En la exposición se recogen dibujos sobre la política colonial europea o la fuerza ya emergente del dólar frente a las monedas europeas.
La censura de la dictadura de Primo de Rivera le obligó a buscar temas alternativos para retratar con ironía la sociedad catalana en dibujos humorísticos. Aparecen sus obras de multitudes, "impregnadas de despropósitos y humor negro", según Carbonell, y su popularidad en Cataluña se consolidó.
Pese a su republicanismo y catalanismo, Opisso se mostró dócil durante el franquismo, que no lo represalió y que le permitió seguir publicando, aunque en una línea diferente. Así empezó a dibujar mujeres de la alta sociedad, chicas topolino y escenas costumbristas de las clases dominantes.
Los dibujos que se exhiben en la exposición proceden de varias colecciones privadas. La Fundación Caixa Tarragona ha elaborado un catálogo que incluye 150 dibujos del autor.
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