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Raimundo Amador presenta a su gallo como artista

De lo que más orgulloso se siente Raimundo Amador en su nuevo disco es de la intervención de su gallo, que hace un estupendo quiquiriquí en la bulería dedicada a Manuel Molina. Al menos eso se deduce al ver al guitarrista y cantante saltar de su silla y gritar "olé, ¡cómo canta mi gallo!" cuando ayer repasaba en los estudios de grabación Madrid los últimos toques que está dando a su próximo disco, que se publicará en otoño.

A Raimundo no le ha venido todavía la inspiración para poner título a este disco, quinto de su discografía en solitario tras pasar por Veneno y Pata negra. Casi lo tiene ultimado a falta de las intervenciones de invitados como Kiko Veneno, Guadiana o la rapera sevillana La Mala Rodríguez. Seguramente opte por llamarlo Isla menor en homenaje a la barriada sevillana que le acogió hace 10 años cuando dejó de vivir en el popular barrio hispalense de las Tres Mil Viviendas; pero, mientras, mira y remira con mimo cada una de sus notas, estrofas y melodías para que todo quede a su gusto. "Ayer vino Rosendo a cantar conmigo", explica, mientras le brillan los ojos entre la emoción ingenua y la picardía. "Me decía que el tono era muy alto para él, pero acabó entrando. Y hasta hice que tocara una de mis guitarras eléctricas, pues él no se había traído la suya". Voy a por pilas es el título de la canción que ha unido al rockero de Carabanchel con el guitarrista sevillano, un dueto inesperado del que Raimundo se muestra tan encantado como de la intervención de su gallo.

Alguien le apunta que ha de constar el animal entre los créditos del disco, pero él lo rechaza con un "deja, deja, no sea que me vaya a pedir royalties". El gallo fue un regalo de su suegra y entra en el disco porque durante las sesiones de ensayo y grabación en su casa de Sevilla no paró de cantar. Harto de la brasa que les daba el bicho, el técnico de sonido decidió incorporarlo como un efecto más.

Lo que sí tiene claro Amador es que el reggae Fúmala será el primer sencillo que dará a conocer su nuevo disco. A pesar del título y los ecos jamaicanos, no es una apología de los porros, sino una comparación del amor a una mujer con la adicción al tabaco: "Dame una fumadita de tus besos, abrásame el pecho, quémame el corazón", dice en su estribillo.

Raimundo Amador recupera Los mánagers, una de las primeras canciones de Pata negra. Santiago Auserón le cede la letra de Marina, con mención especial a Jacques Brel y voces del ketama Antonio Carmona. Frito, una oda al no hacer nada y la pereza, es para Raimundo la canción simpática del disco. Y lo deja claro: "Ya vale de hablar tan bien del trabajo, con lo bien que se está tirao en un sofá con el mando del DVD en la mano".-

Raimundo Amador, ayer, en Madrid.
Raimundo Amador, ayer, en Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

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