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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

"Violencia doméstica"

La violencia doméstica azota a las mujeres de una manera cruel e inmisericorde. El progreso nos trae robots que realizan labores del hogar semejándose al hombre, al igual que el hombre se estructura en una máquina capaz de matar. ¿Dónde empieza la sinrazón para que un esposo o compañero acabe de manera brutal con la vida de su pareja? La propaganda mediática acentúa el protagonismo desalmado o quizás una mente perturbada desahoga sus bajos instintos dándose publicidad. Luego quedan las leyes para dirimir las penas que en algunos casos se quedan en simples anécdotas.

En Montilla un juzgado de 1ª instancia ha decretado una sanción de 1,20 euros durante un mes a un hombre que agredió a su esposa provocándole lesiones en la cabeza, cuello y tórax. Total, que por una módica cantidad de dinero el maltratador puede seguir ejercitando sus fechorías porque cada golpe le sale a precio de saldo.

El policía local de Premià de Mar que asesinó a su esposa tuvo la suficiente sangre fría para descuartizarla y simular una desaparición. No sabemos qué tipo de pena se le impondrá a este individuo ni cuánto tiempo estará entre rejas. Y no sería mala idea darle también publicidad a las condenas que se efectúan contra estos desalmados para contrarrestar un poco el protagonismo de sus imitadores, que no son pocos.

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En lo que va de año han muerto más de 50 mujeres. El intento de suicidio por parte de algún cónyuge con cierta dosis de imaginación, casi siempre se queda en eso: "intento". Está claro que su 'valor' para quitarle la vida a su pareja no se hace extensivo hacia su persona.

Los partidos políticos han acusado el tórrido verano entre tramas y corrupciones, discusiones y cambalaches legislativos, para aprobar finalmente la orden de protección a las mujeres maltratadas. Las vacaciones de agosto han marcado un territorio, poniéndole freno a tanta incertidumbre y encendiendo las pilas de quienes sentamos en los escaños. Las víctimas no pueden esperar a que nuestros dirigentes se descongestionen las neuras bebiendo cócteles en el chiringuito de la piscina o ligando bronce en un yate anclado en alta mar, mientras discuten la conveniencia de preservar algunas vidas anónimas. Aunque el muerto dure un telediario en la retina de los televidentes, las cifras ya están pesando en la visión turística de España en el exterior.

La civilización avanza en alta tecnología sin saber muy bien hacia dónde caminamos. Ya somos europeos de moneda, pero ¿cuál es nuestro futuro si todavía somos primates en una era violenta y sanguinaria?-

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