El malo por unanimidad
Juan Antonio Roca es el malo por unanimidad. Julián Muñoz lo despidió en la medianoche del jueves, porque decía que era el muñidor de la moción de censura y de la ruptura del GIL. La socialista Isabel García Marcos y el andalucista Carlos Fernández negaron ayer la mayor del todavía alcalde de Marbella y aseguraron que su despido fue sólo una maniobra de despiste de Muñoz, pero insistieron en que no le quisieron nunca y, ni siquiera ahora, contarían con él para nada. Los firmantes de la moción de censura aseguraron también que cuando propusieron a los ediles del PP que les acompañaran, lo primero que dijeron éstos es que, con Roca, jamás. Unos y otros dicen que tan sólo le queda el apoyo de Jesús Gil, obligado a vivir todo lo que sucede desde las penumbras de la inhabilitación.
Pero este hombre vivió y aún vive más que con lustre con deslumbre. Hasta la medianoche del jueves, dirigió la política urbanística a golpe de convenio desde que Gil llegó a la alcaldía. Roca desembarcó en Marbella a finales de los años ochenta, y comenzó a trabajar de contable para varias sociedades. En 1992, se hizo cargo del urbanismo a través de la sociedad municipal, Planeamientos 2000. De su primera época, su bagaje es un largo historial al frente de la contabilidad de empresas que acabaron quebrando. Por sus manos pasaron los más de 600 convenios urbanísticos que el Ayuntamiento ha suscrito con particulares en los últimos 12 años. Eso sí, siempre se cuidó mucho de no firmar nada. Encabezó el equipo redactor del polémico PGOU que ha sido rechazado en tres ocasiones por la Junta andaluza. La oposición pidió su cabeza en múltiples ocasiones, pero finalmente el verdugo fue la ruptura de su propio partido. El conflicto de intereses, no la ética ni la ley, aunque ingresó en prisión junto a Gil por el caso saqueo en abril de 2002, acusado de crear empresas fantasma para desviar 30 millones de euros de dinero público.
Amante de los caballos, relojes caros y antigüedades, se dice que en su finca de San Pedro Alcántara guarda valiosas obras de arte, además de 60 sementales de pura raza española.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.