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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

LA MÚSICA DE BARENBOIM SUENA EN PALESTINA

El director judío-argentino cumplió ayer uno de sus sueños. La música de Beethoven, Mozart y Brahms se oyó en Ramala de la mano de Daniel Barenboim. El músico aprovechó el recital para exigir el derecho de los palestinos a un Estado.

La música de Daniel Barenboim sonó ayer en Palestina. El músico judío-argentino, de 61 años, cumplía así uno de sus deseos más íntimos. Ante más de trescientas personas, en el Friends Boys School de la capital de Cisjordania, el pianista interpretó, en un concierto gratuito, obras de Beethoven, Mozart y Brahms. Pero no fue sólo un concierto. El director rompió una tradición y se dirigió al público para reivindicar la creación de un Estado palestino. Barenboim aseguró que ésa sería la mejor fórmula para garantizar la seguridad de Israel. La ovación que le brindó el público duró varios minutos.

Ninguno de los ministros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) se acercó a escuchar a Barenboim, dado que el acto estaba organizado por representantes de la sociedad civil. Sólo la diputada Hannan Ashrawi acompañó al músico en esta jornada tan emotiva. Hannan Ashrawi fue ministra de Educación hasta su dimisión, provocada por sus diferencias con la cúpula de la ANP. Junto a ella estuvo también Mahmud Darwish, un conocido poeta. Entre los representantes diplomáticos destacaron el cónsul general de España y el representante de Alemania. El grueso del público lo componía gente vinculada al Conservatorio Nacional de Música y aficionados a la música.

"Mucha gente no ha entendido que la creación de un Estado palestino es la mejor garantia de seguridad para Israel"
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Durante todo el concierto, Barenboim combinó la música con reflexiones políticas, que le reportaron casi tantas ovaciones como las propias sonatas que interpretó. De esta forma se quitó la espina que tenía clavada desde hacía más de un año, cuando el Gobierno israelí le negó la posibilidad de entrar en Ramala. Entonces, además de un recital similar al de ayer, quiso dar lecciones a los alumnos del conservatorio -tal y como había hecho ya en otra ocasión hace tiempo-, pero las autoridades no se lo permitieron, alegando motivos de seguridad. La cabezonería de Barenboim, que en un primer momento pensó en desafiar la prohibición, hizo que fuera necesaria una llamada de Simón Peres, parlamentario laborista y ex primer ministro, para convencerle de que desistiese.

Ante el público y durante sus sucesivos monólogos, Barenboim presentó ayer dos iniciativas encaminadas a promover la música en Palestina. La primera, la creación de una escuela que, junto al Conservatorio Nacional, "permitirá tener una orquesta nacional en menos de cinco años". "Me comprometo personalmente, poniendo todos los medios que sean necesarios para que este plazo se cumpla", aseguró, horas antes del concierto, en un encuentro con la prensa en el hotel Grand Park. La segunda iniciativa recoge el desarrollo de un nuevo método pedagógico para la enseñanza de la música en los colegios palestinos. Para ello, comenzarán a trabajar con la misma escuela de niños en la que se celebró el recital y otra escuela de niñas de un campo de refugiados situado en las inmediaciones de Ramala. "Se trata de enseñar la música no como algo independiente, sino interrelacionado con todo lo demás, como parte de una educación de carácter integral", señaló.

En ambos proyectos colaborará activamente con la directora del conservatorio, Rima Tarazi, presente también en la rueda de prensa, quien agradeció en público a Barenboim su compromiso y dedicación. La directora, los miembros de la junta directiva del conservatorio y representantes de la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas que gestiona los campos de refugiados palestinos, mantuvieron una reunión de trabajo con el músico para poner en marcha ambas iniciativas. "Hasta ahora la gente justificaba nuestra mediocridad musical culpando a la ocupación israelí, pero ahora nosotros queremos fomentar el talento a través de estos proyectos", declaró Tarazi al final del acto.

"No hay solución militar al conflicto, ni desde el punto de vista militar ni desde el punto de vista moral". Fueron las primeras palabras que Barenboim dirigió al público. "Si Israel acepta este principio tenemos que pensar que el día de mañana alcanzaremos un acuerdo de paz que permitirá que acaben las hostilidades y se ponga fin a la ocupación", continuó, para luego añadir que "Palestina e Israel tienen que construir juntos su futuro, a través de puentes, que no de muros", en alusión a la polémica barrera de separación que pretende cerrar Cisjordania a lo largo de sus 650 kilómetros de perímetro.

"Por desgracia, mucha gente en Israel todavía no ha entendido que la creación de un Estado palestino es la mejor garantía de seguridad para el propio Israel", argumentó el músico en una breve entrevista concedida a este periódico. "La seguridad no es una obsesión para los israelíes, sino que es una necesidad, que debe ser entendida. Pero ésta no es independiente, sino que se basa a su vez en los tres valores de la Revolución Francesa, libertad, igualdad, fraternidad, y por ese orden", respondió Barenboim a una pregunta relacionada con uno de los argumentos que había expuesto previamente.

"Los palestinos han sufrido muchísimo durante muchos años, pues siempre han vivido bajo un régimen de ocupación, ahora por parte de Israel, pero antes de la guerra del 67 por parte de Egipto y Jordania", dijo Barenboim. "Nunca han disfrutado de su independencia nacional, y ahora es el momento de buscarla", agregó. "El único aspecto positivo que tienen es que no cuentan con una sociedad formada, lo que les permite crear desde cero un nuevo sistema educativo y musical que se convierta en ejemplo para su propia sociedad y para el mundo entero", concluyó este judío universal, cuyo coraje político hizo que fuera galardonado con el Premio Príncipe de Asturias, un premio que compartió con su amigo, el palestino, nacionalizado estadounidense, Edward W. Said.

El pianista judío Daniel Barenboim interpreta junto al palestino Salim Aboud, de 25 años, una sonata de Brahms en el Friends Boys School.
El pianista judío Daniel Barenboim interpreta junto al palestino Salim Aboud, de 25 años, una sonata de Brahms en el Friends Boys School.EFE

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