La nueva Telefónica del dividendo

Tres años después de acceder a la presidencia de la compañía, César Alierta quiere iniciar una nueva etapa al frente de Telefónica. Tras sanear las cuentas, lastradas por la pesada herencia de la época anterior, desea instaurar un nuevo modelo de gestión centrado en el negocio tradicional de la telefonía tanto fija como móvil y presidido por la austeridad.

Atrás quedaron los tiempos de las grandes operaciones como la compra del portal Lycos, la productora de televisión Endemol o la frustrada fusión con la operadora holandesa, que trajeron pérdidas récord en 2002.

Los planes de futuro de Telefónica incluyen simplificar el organigrama del grupo y deshacerse ordenadamente de los activos no estratégicos. Una línea ya iniciada con la venta de las participaciones en medios de comunicación como Antena 3 TV y Onda Cero, o la mayor integración de Terra en el grupo.

Las apuestas de la nueva Telefónica son más modestas que las de la época de Juan Villalonga, pero más seguras. Los planes pasan por conquistar el mercado de móviles de Brasil y México, y por convencer a los clientes españoles para que se apunten a la oferta ADSL de conexión a Internet, con permiso del regulador.

Y el mejor exponente de este nuevo estilo de hacer negocios es la decisión de destinar 6.000 millone de euros para asegurar un sustancioso dividendo en los próximos tres años. Es decir, menos riesgo y más dividendo.