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NH Hoteles, en la cresta de la OPA

Mañana finaliza el plazo para aceptar la oferta de Hesperia, a nueve euros la acción

La oferta pública de adquisición (OPA) que Hesperia ha lanzado, de forma hostil, sobre el 26,10% del capital de NH Hoteles está en la recta final. Mañana acaba el plazo para aceptarla, a nueve euros por acción, un precio que roza el alcanzado en Bolsa el pasado viernes. Si la OPA prosperara, sería un nuevo ejemplo de estrategia para que un David se comiera a un Goliat.

El consejo de NH cree que el valor real de la sociedad es " significativamente superior" al ofertado, y rechaza el carácter parcial de la OPA

Este año, el comienzo de agosto en NH Hoteles ha sido diferente. Los directivos se han quedado en Madrid y han retrasado el inicio de las vacaciones, a la espera de acontecimientos. Mañana termina el plazo para que los accionistas de NH, que tiene las tres cuartas partes de su capital en Bolsa (free float), decidan si aceptan o no la OPA hostil que la cadena Hesperia ha lanzado sobre el 26,1% del capital, y que ha convulsionado la empresa. El consejo de administración en pleno ha rechazado por dos veces la operación, que, a juicio de muchos analistas, tiene pocos visos de salir. "Aunque la última palabra", matizan, "la tiene el mercado".

Un primer problema es el precio. La OPA en principio se lanzó a 8,3 euros por acción, lo que suponía una prima del 14,96% en ese momento. Pero el mercado rápidamente superó la oferta, y ahora la cotización se ha situado en el entorno de los nueve euros, el precio final de la OPA.

Otra pega que ponen los bancos de inversión, y ésta de forma más contundente, es el carácter parcial de la oferta. Es la causa por la que 22 de las 28 firmas que siguen el valor recomiendan no acudir a ella. Lanzada sobre el 26,1% y condicionada a una aceptación del 14,96%, excluye a muchos accionistas y, sin embargo, posibilita que un grupo que tiene 6.121 habitaciones y una cifra de negocios de 114,8 millones de euros se convierta en accionista de referencia de otro, directo competidor, que es mucho más grande, con 35.000 habitaciones y una cifra de ventas de 430 millones.

Un bocado apetecible

¿Por qué la OPA? Fundamentalmente, porque NH es, y seguirá siendo, una empresa opable. Lo sabe y lo reconoce su presidente ejecutivo, Gabriele Burgio. "No es una empresa familiar, las tres cuartas partes de su capital cotizan libremente en Bolsa y no hay núcleo institucional estable". Así que está expuesta al mordisco de cualquier tiburón. Y se lo ha intentado dar un antiguo conocido de la casa. Javier Illa, consejero delegado de Hesperia, fue director financiero de NH Hoteles e intentó una fusión de ambas firmas que no salió por diferencias en las valoraciones.

Lo lógico sería pensar que el mordisco viniera de alguna cadena de dimensiones superiores. NH es pequeña si se compara, por ejemplo, a la francesa Accor, siete veces más grande. Pero, hasta el verano pasado, por capitalización bursátil, NH era porporcionalmente más cara que sus competidoras. Luego el mercado se desplomó y no parece que esté para grandes operaciones en Bolsa.

¿Para qué la OPA? En NH no la ven sentido. El consejo de administración considera que el valor real de la sociedad es "significativamente superior" al ofertado -en concreto, afirma que el valor patrimonial es 10,7 euros por acción, sin incluir el fondo de comercio asociado a la actividad de gestión hotelera- y añade que Hesperia no aporta nada, ni financiera, ni industrialmente. Para el consejo, los negocios de Hesperia y NH no encajan, Hesperia no tiene experiencia internacional frente al proceso de internacionalización en el que está sumido NH, tiene peores ratios de gestión y rentabilidad, y su presencia podría suponer un conflicto de intereses.

Hesperia argumenta en el folleto presentado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores que no pretende ni una fusión, ni una venta a terceros de la participación que consiga con la OPA, sino influir en la estrategia a medio plazo de la compañía, aportando su experiencia. Pero lo cierto es que, si prospera su oferta, se convierte en el principal accionista de NH. No sería accionista de control porque los estatutos de la cadena opada limitan al 10% los derechos de voto, aunque se tenga un porcentaje superior del capital. Sin embargo, en el mismo folleto, Hesperia afirma que, puesto que ese blindaje es contrario a las normas de buen gobierno, estaría dispuesta a someter a la junta de accionistas su eliminación.

El respaldo de Ortega

Hoy, los principales accionistas de NH son Finaf 92 -la sociedad inversora de la familia italiana Angelini, propietaria de unos importantes laboratorios- con el 5,2% del capital; Corporación Financiera Caja Madrid (5%); Bancaja (5%); Gabriele Burgio (1,2%), y el más importante, Ponte Gadea, la sociedad inversora de Amancio Ortega, dueño de Inditex, que en pleno proceso de OPA ha doblado su participación en la sociedad hasta situarla en el 10,2%.

"Lo ha hecho de forma inesperada y comprando en el mercado", dice Burgio, que no oculta, sin embargo, su satisfacción. Una inversión tan fuerte por parte de Ortega en pleno proceso de OPA es una palmada en la espalda al equipo de gestión y una apuesta muy firme por la compañía, que se encuentra, además, haciendo la digestión de las fuertes compras de los últimos años.

Sólo con la adquisición de la cadena holandesa Krasnapolsky dobla el tamaño, y luego sigue creciendo con la compra de la mexicana Chartwell (14 hoteles) y la alemana Astron (53 hoteles). Ahora está en el proceso de unificar tantas marcas en el paraguas NH, parar de comprar, y poner orden en la casa, vendiendo los hoteles que no encajan en la cadena. Entre este año y el que viene piensa vender activos por 280 millones de euros; reducir deuda (en lo que va de año ha bajado el 5%), y ahorrar 30 millones de costes hasta 2004, año en el que puede volver a dar dividendo. La empresa, al menos, dice que está preparada para ello.

Gabrielle Burgio, presidente de NH.
Gabrielle Burgio, presidente de NH.ULY MARTIN

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