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El Gobierno de Guinea indulta al líder opositor Plácido Micó

El principal líder de la oposición guineana, Plácido Micó, ha sido indultado por el presidente Teodoro Obiang Nguema, según informó ayer la Asociación para la Solidaridad con Guinea Ecuatorial (Asodegue), que cita a la emisora oficial Radio Malabo.

Otros 17 miembros de la oposición, encarcelados en la siniestra prisión de Black Beach, fueron también liberados, siempre según la emisora controlada por el Gobierno de Obiang. Todos fueron condenados durante los procesos, calificados de farsa por los observadores internacionales presentes, que tuvieron lugar en Malabo en los meses de mayo y junio de 2002.

No han sido indultados, sin embargo, Felipe Ondó ni Guillermo Ngumea Elá, máximos dirigentes del partido ilegalizado Fuerza Democrática Republicana, juzgados y condenados también en aquel macrojuicio.

El indulto ha sido anunciado coincidiendo con el aniversario, que se cumple hoy, del golpe de Estado por el que Obiang desalojó del poder en 1979 a su tío Francisco Macías.

Aunque, según el texto leído por la radio, el indulto entraba en vigor "desde el momento de su publicación", a última hora de la tarde de ayer Plácido Micó, secretario general de la formación opositora Convergencia para la Democracia Social (CPDS), no había regresado a su domicilio. Un responsable de Asodegue señaló anoche que había hablado varias veces con Guinea Ecuatorial y que ninguno de los indultados había abandonado todavía la cárcel de Black Beach. Entre los 18 presos que deben ser exacrcelados indultados figurán también Emilio Ndong Bidyogo y César Ondó Elá.

Ni siquiera la visita a Guinea de un relator especial para los derechos humanos de la ONU, Ambey Ligabo, el pasado mes de diciembre, o la petición expresa del Senado español habían logrado que el presidente Obiang liberase a Micó, condenado a seis años y ocho meses de prisión al término del macrojuicio celebrado en el cine Marfil de Malabo contra 144 opositores entre los días 23 de mayo y 9 de junio de 2002. Durante este juicio no se cumplieron las mínimas garantías procesales, hubo numerosos indicios de que los detenidos habían sido torturados y, según todos los observadores, no se probó en absoluto la participación de los opositores en ninguna conspiración.

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