CON EL RÓMULO GALLEGOS LLEGA EL ESCÁNDALO
Fernando Vallejo debe recibir hoy el premio latinoamericano, pero jurado y prensa opinan que el galardón peligra
Hay verdadera expectación en Caracas por ver cómo se desarrolla hoy la entrega del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, dotado con 100.000 dólares (88.000 euros aproximadamente), que debe recibir el escritor colombiano Fernando Vallejo por su novela El desbarrancadero (Alfaguara). La primera señal de alarma se produjo cuando el jurado, integrado por Fernando Aínsa, Christopher Domínguez Michael, Marcela Serrano, Enrique Vila-Matas y Víctor Bravo, no recibió los emolumentos prometidos (5.000 dólares) por seis meses de trabajo.
Aínsa, escritor y crítico uruguayo, declaró: "Lamentablemente, la seria labor del jurado y la indiscutible validez de la obra premiada no ha sido refrendada. Por problemas de política interna venezolana que nos desbordan, nuestro trabajo como miembros del jurado no ha sido retribuido como fue prometido y el premio corre serios riesgos de ser anulado, lo que sería una desgracia irreparable no sólo para la cultura venezolana, sino para la de lengua española, donde el premio era hasta ahora una institución". El Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), presidido por Roberto Hernández Montoya, es la entidad que organiza el galardón.
"Inquietante la figura de Hernández Montoya. Mi impresión subjetiva de este intelectual era la de alguien perfectamente indiferente a la suerte del premio y a la suerte del jurado internacional", afirmó Vila-Matas. "Un jurado que poco a poco fue descubriendo -aunque nadie se lo comunicaba- que no llegaban las firmas de las autoridades y que seguramente no nos pagarían nunca los honorarios. Estupor, indignación. Y una fuerte inquietud ante la continuidad del Rómulo Gallegos".
Hernández desmintió que exista la posibilidad de suspender el acto de entrega, encabezado por el viceministro de Cultura, Farruco Sexto, informa Clodovaldo Hernández. "Decir que queremos destruir el premio es una de las cosas más estúpidas e ingenuas que he oído. Si así fuera, no lo hubiésemos abierto este año y punto. Por el contrario, estamos haciendo todos los esfuerzos para cumplir con nuestros compromisos. Estamos muy apenados con los miembros del jurado, pero les hemos explicado que es un problema que se escapa de nuestras atribuciones", dijo.
En un durísimo editorial, titulado Vergüenza, el periódico El Nacional rechaza esta afirmación. "Ingenuos los que piensen que el Gobierno de la revolución bolivariana carece de dólares para cancelarle al jurado sus honorarios y el premio al novelista. La verdad está en la hostilidad a la cultura y a la libertad de creación", asegura. Las malandanzas del premio, según este diario, comenzaron en 2001, "la segunda entrega que ocurría bajo la presidencia del señor Chávez; entonces se singularizó por el menosprecio del jefe del Estado, quien, tal como había hecho en 1999 [se entrega cada dos años], no sólo ha dejado plantado al ganador, el novelista Enrique Vila-Matas, sino que reemplazó el protocolario discurso del anfitrión con un disciplente y chocarrero comentario transmitido de viva voz al ganador por boca del ministro de Educación, Cultura y Deportes: 'Te manda a decir Chávez que lo excuses porque anda muy ocupado y que esa novela te quedó del carajo". En opinión de El Nacional, el Gobierno de Chávez no se atreve a eliminar el premio de un plumazo, "como ha eliminado todo lo que tenga huellas del pasado", pero hace todo lo posible por "disminuirlo". A la polémica se suma el hecho de que Vallejo anunciase que iba a entregar la dotación a asociaciones protectoras de animales.
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