Uno de cada ocho vecinos de Madrid es extranjero
En nueve barrios del municipio, tres de cada diez niños son de origen extranjero
Uno de cada ocho vecinos de la capital es extranjero. En la actualidad son 403.532 los inmigrantes empadronados en el municipio de Madrid, un 24% más de los inscritos hace un año. La mayoría de estos ciudadanos procede de Ecuador (138.622), Colombia (44.386), Marruecos (22.786), Perú (22.508) y Rumania (17.687). Pero las comunidades que más han crecido en estos doce meses han sido la boliviana, con 9.593 miembros, y la búlgara (7.411). Centro es el distrito más mestizo, con un 32% de vecinos de otros países, seguido de Tetuán, Carabanchel, Arganzuela y Usera.
Hace dos años, en la capital sólo estaban empadronados 3.289 bolivianos. Ahora son 9.592, tres veces más, según datos del departamento municipal de estadística del pasado 1 de julio. Fuentes gubernamentales de ese país andino explican que el éxodo hacia España de los bolivianos empezó a cobrar fuerza hace dos años. Antes habían emigrado ya a Estados Unidos, Chile y Argentina. "La gente se marcha porque la situación económica de Bolivia va a peor, se cierran empresas y el trabajo escasea. A eso hay que sumar que por imposición de Estados Unidos han empezado a erradicarse los cultivos de coca y, aunque hay ayudas y plantaciones alternativas, ningún producto es tan rentable", aseguran.
Los campesinos emigran primero del campo a las ciudades más industrializadas como Cochabamba y Santa Cruz. Después, cuando ven que tampoco en ellas hay futuro emprenden el salto al otro lado del océano. "La crisis argentina también a llevado a emigrar a España a algunos bolivianos que se habían asentado en el país austral", añaden.
La mayoría de estos inmigrantes bolivianos carecen de papeles, ya que han llegado en un momento en que todas las vías de regularización están cerradas a excepción del contingente (un cupo de permisos de residencia que el Gobierno concede cada año a extranjeros contratados desde su país por empresas españolas). Trabajan en sectores como la construcción y el servicio doméstico y residen, sobre todo, en los distritos de Usera, Carabanchel y Latina, soportando a menudo situaciones de gran hacinamiento.
También ha crecido la inmigración argentina desde el corralito y la crisis que estalló a finales de 2001. Ahora, en la capital están inscritos 10.329 argentinos, cuando en 2001 eran 4.042. La colonia búlgara, otra de las de más en aumento, cuenta con 7.411 miembros frente a los 5.321 de hace un año.
Trece barrios tienen ya más de un 20% de población extranjera. Cinco de ellos están en el distrito Centro (Sol, Embajadores, Universidad, Justicia, Cortes), y el resto, en Arganzuela (Palos de Moguer y La Chopera); Tetuán (Bellas Vistas y Berruguete); Usera (Pradrolongo y Almendrales); Puente de Vallecas (San Diego), y Villaverde (San Cristóbal).
Se trata, en su mayor parte, de vecindarios con numerosos pisos de alquiler que, por sus reducidas dimensiones y sus escasas comodidades (ascensor, calefacción...) se arriendan a precios algo más económicos que los de otras zonas. Buena parte de ellos son barrios muy envejecidos que, con la llegada de población extranjera -la mayoría con edades entre los 25 y los 39 años-, han recibido una inyección de juventud.
El 15% son menores
Un 15% de los extranjeros empadronados en la capital son menores de 15 años. En ocho barrios de fuerte presencia inmigrante como Embajadores, Universidad, Sol, Chopera, Palos de Moguer, Bellas Vistas, Berruguete y San Cristóbal, tres de cada 10 niños de 0 a 15 años procede de otros países. Eso hace que numerosas escuelas públicas de estos vecindarios (la privada concertada sólo escolariza al 30% de los inmigrantes)tengan un alto porcentaje de alumnado extranjero. En algunas de ellas, 8 de cada 10 escolares son de otros países.
Entre los inmigrantes que viven en Madrid hay prácticamente tantos hombres como mujeres. Aunque el equilibrio entre sexos varía según las nacionalidades. Así, entre los caboverdianos predominan las féminas (258 por cada 100 hombres) y lo mismo ocurre entre los rusos, hondureños y paraguayos. En el extremo opuesto están los malineses (diez mujeres por cada cien hombres), los bengalíes y los paquistaníes.
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