Obras de verano

Llegan las vacaciones y las calles se despejan. Menos coches, menos gente..., una buena ocasión para disfrutar de la ciudad sin agobios. Salvo para los vecinos que viven en una zona escogida por la Administración para renovar aceras y pavimentar calles, canalizar servicios o realizar obras de mayor envergadura. Excavadoras, apisonadoras y otras máquinas irrumpen entonces en el paisaje urbano, obligan a desviar el tráfico y a sortear zonas valladas. Tanto el Ayuntamiento de Valencia como la Consejería de Obras Públicas aprovechan el verano para impulsar obras que el resto del año causan mayor trastorno a la circulación de la ciudad.

Es el caso de la nueva estación de metro bajo la calle de Bailén, la obra más importante del calendario estival y "un hito clave para las comunicaciones de la ciudad", según Obras Públicas. La estación costará 16,7 millones de euros y se construirá en un plazo de 15 a 18 meses. La obra comenzó a mediados de julio con polémica por el cierre de la calle de Bailén y el desvío de los autobuses por Matemático Marzal, que los martes ocupan los puestos del mercado extraordinario de Jerusalem. Las protestas han alentado una solución que cambia el itinerario del transporte público los martes.

El tráfico es el que se lleva la peor parte, porque la obra obliga a cortar parcialmente el túnel de las grandes vías. A partir de hoy quedan cerrados a la circulación los dos carriles del túnel en el sentido Germanías-Plaza de España. Los dos carriles restantes se habilitarán para el tráfico en doble sentido. El 20 de agosto el corte se trasladará a la otra mitad del túnel hasta el 7 de septiembre. Además, los vehículos que circulan por la avenida Ramón y Cajal deben desviarse en la zona por Gil y Morte y Doctor Vila Barberá para volver a tomar San Vicente.

La concejalía de Ordenación Urbana no ha planificado para agosto "ninguna obra especial", pero sí dará un empujón a las que están en marcha, por lo que el ruido de los martillos hidráulicos se convertirá en la música de fondo de no pocos barrios. Así, en Russafa, se renuevan aceras o calzadas en las calles de Maestro Aguilar, Pintor Salvador Abril, Doctor Serrano, Carlos Cervera y Cura Femenía. En los barrios de Na Rovella, Fonteta de San Luis y Monteolivete, están "a punto" de estrenar aceras en Ángel de Villena y Sollana. Algo más complicado lo tiene el peatón en la plaza del Ayuntamiento, en plena renovación del pavimento y las aceras. Cortada por fases, la plaza es por momentos un laberinto cambiante en el que los peatones comparten calzada con los coches o tienen que superar algunos tramos en fila india. Las obras, con un presupuesto de 2,2 millones de euros, seguirán en agosto. El plan municipal también incluye obras en el barrio de Ayora y el cambio de canalizaciones en la ronda que une la avenida de Alfahuir con Emilió Baró.

También el Ministerio de Fomento saca las máquinas a la calle. Así, la construcción de un paso inferior de la ronda norte obliga a desviar durante tres meses el tráfico de la avenida de la Constitución que desemboca en las obras. Y hay más, porque Iberdrola ha pedido licencias de canalización para agosto, mes en el que quiere levantar las calzadas y aceras del cruce de Cronista Carreres y Ciudadela; Micalet-Santo Cáliz; Reloj Viejo, Caballeros, plaza de Manises y calle de Ribera.