El supuesto 'jefe' de los tránsfugas afirma que es una víctima por su labor de mediación
El líder de los Renovadores por la Base asegura que "Simancas se inventó" la 'trama de Madrid'
José Luis Balbás, supuesto jefe del grupo de los Renovadores por la Base en el que se encontraban los tránsfugas María Teresa Sáez y Eduardo Tamayo, aseguró ayer que el día de la fuga de los dos diputados recibió tres llamadas del secretario de organización del PSOE, José Blanco. "Me pidió que mediara con Tamayo. '¡Llámalo, llámalo y dile que vuelva!', me dijo. Logré contactar con Tamayo sobre las once de la mañana y estuvo a punto de colgarme", recordó Balbás. "Acepté esa mediación y me utilizaron de cabeza de turco; son accidentes que ocurren", concluyó.
José Luis Balbás aseguró que varias personas del partido, "unas 15 o 20", sabían que podría ocurrir algo, "pero Tamayo nunca me dijo que se fuera a ausentar de la Asamblea". El "líder", según su propia denominación, de los renovadores por la base asegura que en una comida cuatro días antes del pleno de constitución de la Asamblea de Madrid Tamayo le manifestó su malestar ante el reparto de poder que el portavoz socialista Rafael Simancas estaba haciendo pero sin precisar que su intención era la de ausentarse de la sesión plenaria que iba a tener lugar cuatro días después.
El portavoz del PSOE en la comisión de investigación, Modesto Nolla, le espetó: "Usted miente. Miente puesto que en la relación de llamadas de Tamayo consta una realizada a las 10.06 a su teléfono".
El compareciente se escurrió asegurando que su empresa cuenta con unos "siete u ocho teléfonos móviles" y afirmó que no recuerda haber hablado con Tamayo ese día a esa hora.
Según Balbás, ese mismo día a las cuatro de la tarde volvió a hablar con José Blanco. "Le dije que no expulsara a Tamayo, que no tomara esa decisión tan drástica y radical. Cuando le expulsan, tengo una relación mínima con él, porque ya Tamayo tampoco se fía de mí. Ni él ni Blanco. Yo me quedo en medio. Pero en Nuevo Socialismo [el partido creado por Tamayo] ni estoy ni voy a estar", afirmó el empresario.
José Luis Balbás no se quedó sólo en una defensa de sí mismo; también pasó al ataque: "La querella que el PSOE interpuso el día 10 por la tarde infringe de forma ilegal mi derecho a la presunción de inocencia. Es una querella sobre una trama política inmobiliaria inventada, ridícula, como ya ha manifestado Cristina Alberdi. ¿Quién va a reparar mi buen nombre? Mis abogados ya han interpuesto acciones legales contra los dirigentes socialistas que me han calumniado".
Debilitar al grupo
En cuanto a los informes presentados por Enrique Benedicto Mamblona, marido de la portavoz adjunta del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ruth Porta, por las supuestas irregularidades que podrían estar cometiendo las empresas de José Luis Balbás, el compareciente aseguró que se debieron a una estrategia para "debilitar a nuestro grupo [Renovadores por la Base]". "Fue una cortina de humo. Yo me reuní con Rafael Simancas y con José Blanco, y en esa conversación Simancas me manifestó que sabía perfectamente que mis negocios eran lícitos y transparentes".
Antonio Beteta, portavoz popular en la comisión también preguntó a Balbás sobre estas denuncias "por el supuesto entramado económico de sus empresas".
Balbás esgrimió la decisión del presidente de la comisión federal de Etica del PSOE, Ricardo Pérez Casado, quien según el compareciente, había manifestado que Mamblona se había extralimitado en esas denuncias. La denuncia nunca llegó a archivarse como consecuencia de una investigación terminada.
Relación con Zapatero
Modesto Nolla intentó, esgrimiendo informaciones de prensa y libros, desvincular a Balbás de su relación con José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario general del PSOE. "Es para poner de manifiesto su naturaleza fantasiosa", aseguró Nolla para justificar su exposición de los hechos.
Balbás insistió en que comió con José Luis Rodríguez Zapatero durante el recuento de votos del 35º congreso del PSOE en el que Zapatero salió elegido. Nolla lo negó tajantemente dando la relación de las personas que comieron ese día con el secretario general del PSOE, entre los que no estaba Balbás.
Gran parte del interrogatorio del portavoz del PP, Antonio Beteta, estuvo encaminado a dejar clara y manifiesta la relación entre Balbás y el grupo de los Renovadores por la Base, en el que estaban los dos tránsfugas, con José Luis Rodríguez Zapatero y su entorno más cercano.
Balbás consumió gran parte de sus respuestas para explicar cómo se habían fraguado los apoyos de esta corriente en el 35º congreso del PSOE a Zapatero y para presumir de que el secretario general socialista debe su éxito a los votos de los renovadores por la base en Madrid.
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