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GUIÑOS
Columna
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Retrotábula

Vista con más calma que el día de su presentación, la muestra de Pere Jaume Borrel (Sant Pol del Mar, Barcelona, 1957) en el Artium permite adentrarse con mayor placer en los originales planteamientos del autor con respecto al paisaje. La fecha de apertura de una exposición, incluso los primeros días que le suceden resultan magníficos para las relaciones públicas, pero menos fructíferos para la observación detallada de la obra.

De esta manera, cuando el tiempo lo permite, y en este caso así ocurre ya que el montaje realizado se mantiene en el Museo de Arte Moderno de Vitoria hasta la llegada del otoño, se disfruta al máximo de lo que el autor ha denominado Retrotábula. Es un conjunto de 60 obras donde el artista hace una reflexión sobre el paisaje y los límites que establece la forma de presentarlo. Si deseamos encontrar núcleo sobre el que gira la exposición podemos señalar la intervención sobre la cima del monte Orixol, sobre el Valle de Aramaio, donde las fotografías de la instalación sostienen con graciosa armonía este mixto de géneros artísticos que se ofrece, pero la idea llega más lejos.

Este creador catalán se ha tocado aspectos a la pintura, la fotografía, la escultura, la instalación, el teatro e incluso a la literatura en su forma lírica. Licenciado en Historia del Arte sus trabajos parecen encontrar raíces en el surrealismo. Hay quien los define como "fotoesculturas" aunque diríamos que son más bien fotografías de situaciones o lugares que el propio autor construye. Un ejemplo claro de su estilo creativo lo encontramos en una fotografía realizada en la estación de San Adrián de Besòs donde hace posar a varios modelos con una chapa redonda tras su cabeza. emulando la aureola de un santo. Toma como estudio un lugar publico. Lo reserva en exclusiva para su intervención. No deja nada al azar. Ningún elemento escapa a la intención de su discurso. La red de conexiones que establece entre los distintos elementos incluidos en el encuadre promueve un dialogo ambiguo desde el cual se transmite el complejo pensamiento del autor. El deleite y la originalidad de su obra es fruto de la combinación entre los espacios elegidos, los distintos elementos que incorpora, bien se trate de textos, imágenes o personajes, y, sin lugar a dudas, del tratamiento fotográfico donde luces y color marcan la pauta. En Retrotábula recurre al retablo clásico como herramienta capaz de continuar proyectando al espectador la complejidad narrativa de su obra. Con todo, se trata solo de una parte de un proyecto más amplio que quiere pasar por Granada, Bruselas, por su pueblo natal y así completar lo que el autor denomina retablo territorial.

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