Kilómetro cero en obras

La España radial tenía un centro, el famoso kilómetro cero, situado en la Puerta del Sol de Madrid. Ahora, el mismo Gobierno del PP que recibe acusaciones de fomentar precisamente esta España radial va a empezar en septiembre una colosal obra pública en el mismo corazón urbano de Madrid. Se trata de una macroestación ferroviaria situada en el subsuelo de la Puerta del Sol, por la que circulará una línea de cercanías que conectará las dos actuales estaciones de Chamartín y de Atocha, pasando por la macroestación de metro de Nuevos Ministerios, que conecta con Barajas. En el kilómetro cero habrá el nudo de hiperconexión, por donde deberá pasar cualquier viajero que quiera ir de Norte a Sur en tren o combinando tren y avión, amén de cuatro líneas de metro.

Ni el Ayuntamiento ni la Comunidad de Madrid tienen que ver con la obra, más bien la sufren o miran hacia otro lado en el momento de las primeras polémicas. Es cuestión del Ministerio de Fomento, que gastará 322 millones de euros en el conjunto de la inversión para todo el proyecto, túnel y nuevas estaciones, de los que 80 millones serán para la nueva estación de la Puerta del Sol, cuyas obras se prolongarán durante casi cuatro años. El corazón de Madrid, por donde circulan diariamente millares de madrileños y de turistas, quedará seriamente afectado durante este tiempo. El tráfico sufrirá restricciones. Un buen número de comercios deberán cerrar y veremos si podrán abrir de nuevo. Dieciséis inmuebles del centro histórico, algunos centenarios, recibirán el impacto directo. Habrá interrupciones y perturbaciones en la circulación del metro. La ciudad contará durante cuatro años con una mina de tierra, con la boca en Atocha, que extraerá 4.000 toneladas diarias, que serán transportadas por 400 camiones. Desde 16 pozos de inyección se introducirá hormigón líquido en el subsuelo.

Fomento ha rechazado la realización de un estudio de impacto medioambiental y los madrileños se han enterado de esta obra faraónica justo después de las elecciones locales y autonómicas, en las que nadie ha debatido sobre este proyecto. Madrid es una ciudad en la que faltan muchas cosas, pero sobra espacio. Y lo más sorprendente es que la única solución para una mejora de las conexiones sea aumentar la densidad de comunicaciones allí donde ya la densidad es máxima.