Madrid, vista con ojos extranjeros

"Madrid es agradable y está bien cuidada. El principal problema que hemos tenido es el idioma, porque aquí hay muy poca gente que hable inglés", explica Peder Malden. Él es uno de los miles de turistas que visitan la región durante la época estival. En Madrid el estío es una época de éxodos y llegadas. Mientras los residentes salen fuera en busca de las playas o la montaña, los extranjeros pasean por la ciudad. Un 70% de los madrileños abandonan la ciudad durante alguno de los tres meses veraniegos, según datos de una encuesta elaborada por la Cámara de Comercio.

A los turistas les gusta pasear por la almendra central de la ciudad, especialmente por las zonas de la Puerta del Sol y el Palacio Real, y visitar el Museo del Prado. Y lo hacen mapa en mano y con una botella de agua para combatir el calor y la sed. La estancia media del turista en la capital, cuando se trata de la primera visita, es de unos cuatro días, según explica una funcionaria de una de las casetas de información turística.

Los europeos, por lo general, recorren sólo España, mientras que el resto alarga el viaje

Los europeos, por lo general, recorren sólo España, mientras que los surámericanos, norteamericanos y asiáticos aprovechan el largo viaje para visitar más de un país europeo. Malden llegó a Madrid desde Oslo junto a su esposa, Yanna. Ambos son granjeros y es la primera vez que visitan España. Tienen dos hijos y prefirieron dejarlos en Noruega. Su primer día en Madrid no fue todo lo agradable que esperaban, ya que, en el trayecto en metro desde el aeropuerto, a ella le abrieron la cartera robándole 120 euros y parte de sus documentos. Pero, ya en la ciudad, les encantó la zona financiera -"las torres Kio son muy bonitas"-, el clima y la comida. A pesar de su desafortunado primer recorrido en metro, utilizan bastante el suburbano. "Funciona bien y es rápido; los autobuses son buenos y agradables, pero muy lentos", aseguran convencidos.

La finlandesa Mari Aaltonen, de 27 años, también se queja de que hay muy poca gente que hable inglés en los restaurantes. Ella viaja con su hermana Kati. Es la primera vez que visitan la capital, aunque no España, ya que hace dos años estuvieron en Baleares junto a su madre.

"Lo que más nos atrae de Madrid es la marcha que hay. En ninguna ciudad del mundo he visto tanta gente en la calle y tan tarde como aquí. Nos gustó especialmente el barrio de La Latina y Malasaña", explica Mari. Les ha llamado mucho la atención la manera de conducir de los madrileños. "Son muy violentos al volante y además aparcan mal. Hay demasiados coches en doble fila, no entendemos cómo puede salir el que está en primera línea si no se localiza al otro conductor", explican asombradas.

Los turistas de Estados Unidos siguen viajando a Madrid a pesar de que su Gobierno les ha advertido de que deben tener cuidado con los cacos que merodean por el centro de la capital.

Wendy Cobleigh y su hija Molly son de Pasadena, California. Han visitado varias veces Europa, pero ésta es la primera vez que viajan a España. "Lo que más me ha gustado es el edificio de Correos, es precioso", detalla Wendy. "Trabajo en una inmobiliaria y por eso presto especial atención a los edificios de las ciudades. En Estados Unidos todo es nuevo, sólo se pueden encontrar edificios con historia en Nueva York y San Francisco", añade. Wendy y Molly han realizado muchas compras, especialmente en una tienda de objetos de arte toledano. "En España se pueden comprar magníficos objetos de artesanía. Hay una cerámica muy bien trabajada", aseguran. Se vuelven a su país contentas con el trato recibido de los madrileños. "La gente es muy atenta y trata muy bien al turista", señalan.

Además de la arquitectura, lo que más les ha llamado la atención de su visita a la capital es lo bien conservado que está el casco histórico. "El paseo del Prado es una de las calles más bonitas de la ciudad. Tiene muchos árboles y sus edificios son preciosos". También les gustó el parque del Retiro, especialmente el estanque con sus botes para alquilar. Pero les molestó lo ruidosa que es la ciudad. "En la Gran Vía no se puede ni hablar, con tanto ruido de coches", se lamentan.

Los turistas coinciden, en general, en que Madrid es una ciudad bien cuidada, donde se come muy bien. Los madrileños les parecen graciosos y alegres... aunque poco políglotas.