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Detienen a un colaborador del ex presidente Estrada por su implicación en la sublevación

Encuentran en su vivienda material relacionado con los 300 rebeldes que se rindieron ayer en Manila

La Policía filipina ha detenido hoy al colaborador del ex presidente Joseph Estrada, Ramón Cárdenas, por su supuesta relación con la sublevación militar contra el Gobierno de Gloria Macapagal Arroyo que tuvo lugar ayer en Manila y que terminó con la rendición de los cerca de 300 rebeldes que dieron el golpe de estado.

Ramón Cárdenas, viceministro ejecutivo en la Administración de Estrada de 1998 a 2001, fue detenido en Manila, después de que la Policía encontrara en su vivienda material relacionado con los militares amotinados, confirmaron fuentes de la Oficina Nacional de Investigación de Filipinas.

Las autoridades hayaron bandas rojas con el símbolo del grupo "Magdalo", como se autodenominaron los rebeldes, uniformes y teléfonos móviles, supuestamente utilizados por el grupo que, en la madrugada del domingo, se pertrechó con explosivos durane 17 horas en un céntrico edificio del distrito financiero de Manila.

Los sublevados habían pedido la dimisión de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, y de su ministro de Defensa, Ángelo Reyes, a los que acusaban de corruptos. Desde el primer momento, los rebledes señalaron que no se trataba de un golpe de Estado e insistieron en que sólo pretendían luchar contra la corrupción que infectaba el poder. Centenares de tropas leales a Macapagal Arroyo rodearon el edificio, mientras la presidenta advertía en un mensaje televisado que estaba dispuesta a utilizar la fuerza para poner fin al motín.

"Un triunfo de la democracia"

La presidenta de Filipinas daba finalmente por terminda la ciris militar ayer a las diez de la noche, hora local,y anunciaba el encarcelamiento de los más de 300 militares que se amotinaron."Ha sido un triunfo de la democracia", manifestó Macapagal Arroyo.

Antes, el gobierno daba un ultimatum a los amotinados para que depusieran las armas, al final del cual, tan sólo 15 de los más de 300 rebeldes se entregaban. Los soldados que abandonaron el encierro fueron recibidos calurosamente por los que sitiaban el edificio, lo que hizo temer que la asonada ganase simpatías entre las tropas.

Macapagal amplió el ultimatum dos horas, al cabo de las cuales la delegación encargada de sofocar el motín aseguró que existía una clara intención negociadora por parte de los rebeldes por lo que la conversaciones continuaron sin hora límite. Finalmente los 297 rebeldes, 70 de ellos oficiales, se entregaron sin que se produjera ningún incidente violento.

La presidenta ha prometido una investigación independiente sobre las causas del motín.
La presidenta ha prometido una investigación independiente sobre las causas del motín.AP

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