El Gobierno acepta la investigación con embriones humanos

El Gobierno decidió ayer modificar la Ley de Reproducción Humana Asistida en dos aspectos fundamentales: permitir la investigación con los embriones congelados acumulados en las clínicas de reproducción asistida y limitar el número de óvulos que pueden fecundarse cuando una mujer con problemas de infertilidad acude a una de dichas clínicas. Con la primera medida se da una salida digna a las decenas de miles de óvulos congelados que hay en España. Con la segunda se intenta evitar que vuelvan a acumularse.

Tras rechazar durante esta legislatura una treintena de propuestas de la oposición, el Gobierno aceptó ayer que las decenas de miles de embriones congelados almacenados en clínicas españolas puedan entregarse a los científicos para que investiguen sobre nuevos tratamientos para enfermedades ahora incurables como la diabetes o el Alzheimer. La decisión deben tomarla los progenitores, y lo que éstos autorizarán es que parte de las células del embrión de siete días, las denominadas células madre, se cultiven y se investigue sobre cómo transformarlas en células de cualquier tejido humano.

Cualquiera de los embriones actualmente congelados, tanto si tiene un año como si tiene 10, podrá ser usado en investigación. Pero el proyecto establece que los que se congelen a partir de la entrada en vigor de la ley, a final de año, ya sólo podrán utilizarse en reproducción.

La autorización de que se investigue se compensa con una petición planteada por sectores confesionales. La ley limitará a sólo tres los óvulos que podrán fecundarse cada vez que una mujer se someta a un tratamiento para superar su infertilidad. Ahora es común que se fecunden 10 o más para garantizar el embarazo sin someter a la madre a varios procesos de estimulación de óvulos. Esta medida ha sido acogida con críticas por las clínicas de reproducción asistida.