Los sindicatos creen "insuficiente" la llegada de 510 nuevos policías para frenar la delincuencia

Los 510 nuevos policías que ayer presentó el ministro del Interior, Ángel Acebes, y que comenzarán esta misma semana a patrullar por la capital resultan "a todas luces insuficientes" para intentar rebajar los índices delictivos de la región. Los representantes sindicales tacharon de "parche" y "nueva campaña publicitaria" las incorporaciones. Acebes señaló que su departamento está haciendo "un gran esfuerzo" para dotar a Jefatura Superior de Policía de Madrid de todos los medios humanos materiales necesarios para que desciendan las estadísticas delictivas, que se han disparado este año.

Sólo 10 de los 510 nuevos policías - entre ellos, 93 mujeres- estarán destinados a la comisaría de Alcalá de Henares. El resto se distribuirán entre las brigadas provinciales de Seguridad Ciudadana y Extranjería y Documentación, además de las 19 comisarías de distrito de la capital, que son las más beneficiadas. El reparto irá en función del nivel de delitos y del número de funcionarios adscritos en la actualidad. Según fuentes de la Jefatura de Madrid, comenzarán a trabajar a partir de mañana.

Los sindicatos policiales dieron la bienvenida a sus compañeros, pero reconocieron a renglón seguido que Madrid sigue perdiendo agentes, como ha ocurrido en los últimos años. Fuentes próximas a Acebes señalaron, tras la presentación de los nuevos agentes, que en el concurso de traslado, convocado el 3 de marzo, la región, y en especial la capital, perdió 217 policías.

El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Ignacio Cervigón, denunció que los policías de Madrid están sometidos "a una fortísima presión" por parte de sus mandos: "Falta personal y se está trabajando en unas condiciones precarias. Con la Operación Verano se está cambiando la jornada laboral de muchos policías, lo que genera que el policía no esté a gusto y no trabaje con máxima eficacia".

Grupos de investigación

Cervigón recordó que existen graves carencias en medios técnicos y materiales. Entre ellos destacó que los nuevos sistemas de comunicación fallan mucho, que las comisarías están muy anticuadas y no resultan funcionales y que el centro de internamiento de extranjeros (Ciex) de Moratalaz resulta "tercermundista". "Con el plan de Policía 2000 se acabó con los grupos de investigación de las comisarías, que eran realmente los que acababan con los delitos y bajaban los índices delictivos", añadió el secretario regional del SUP.

Los tres principales sindicatos del cuerpo cifraron en unos 2.000 agentes las necesidades que tiene ahora la Jefatura Superior de Policía de Madrid para cubrir todos los puestos. "Necesitaremos entre cinco o seis años en cubrir estas necesidades, ya que la academia de Ávila [donde se forman los futuros policías] no da abasto y la plantilla de Madrid es de las de más edad de España, con las consiguientes jubilaciones", comentó el secretario regional de la Unión Federal de Policía (UFP), José Canales. Este lustro será un tiempo propicio, según este sindicalista, para que las mafias que operan en toda Europa se implanten definitivamente en España y puedan "campar por sus fueros". "Los homicidios están creciendo de una forma desmesurada y la policía siempre va por detrás de los delincuentes, cuando debería ser al revés. Además, la formación que se está dando a los policías en los últimos meses está siendo a todas luces insuficiente", añadió Canales.

Y la consecuencia de esta falta de policías es que muchos distritos de la capital tengan un solo coche patrulla (dos agentes) por la noche, según denuncian los sindicatos. Esto supone, además, que la mayoría de los avisos de los ciudadanos queden sin atender o se hagan con excesiva demora. "Los grupos de investigación, que son los que tienen que resolver los delitos, están bajo mínimos y, como la delincuencia está tan alta, no dan abasto para resolver todos los casos, que se van acumulando más y más", añadió Canales.

Los nuevos agentes que ayer fueron presentados por el ministro Acebes en el complejo policial de Canillas están obligados a permanecer un mínimo de dos años en la capital, antes de pedir el cambio de destino. "Madrid es una ciudad cara y los policías, con los sueldos que tienen, no pueden pagar la hipoteca de un piso y mantener a una familia. Por eso, a la mínima posibilidad que tienen se marchan por destinos más baratos y más tranquilos. Sólo hay que ver que en los municipios con viviendas menos caras se han cubierto todas las plazas", señaló el responsable de comunicación de la Asociación Nacional de Policía (ANP), Isidoro Zamorano. Éste apostó por que los funcionarios destinados a Madrid reciban una compensación por la que les merezca estar en la capital. "Conozco a muchos policías que han tenido que marcharse a vivir de San Martín de Valdeiglesias para poder comprar un piso decente. Desde luego, Madrid no es atractivo", concluyó.