El tribunal vasco nombra tres jueces para la Sala de Discordia del 'caso Atutxa'

Los siete magistrados de la nueva Sala de Discordia que deberá decidir sobre la admisión a trámite o no de las dos querellas por desobediencia interpuestas contra el presidente de la Cámara vasca, Juan María Atutxa, y otros dos miembros de la Mesa del Parlamento han sido convocados para "el acto de deliberación" el próximo lunes, día 28, a las doce del mediodía. Así lo acordó ayer la Sala de lo Civil y Penal del alto tribunal vasco a través de una providencia que fue notificada a las partes.

Previamente, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Manuel María Zorrilla, había acatado las directrices del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Este órgano anuló la víspera la Sala de Discordia nombrada por Zorrilla para deshacer el empate sobre la admisión a trámite o no las dos querellas interpuestas por la Fiscalía y el colectivo Manos Limpias contra Atutxa por negarse a disolver al Grupo Parlamentario Sozialista Abertzaleak (SA). Este conflicto interinstitucional sin precedentes se cobró ayer su primera víctima: el letrado mayor del Parlamento vasco, Eduardo Mancisidor, que dimitió tras conocer que el Supremo había rechazado sus alegaciones contra las órdenes emitidas por esa instancia judicial. El Supremo le había ordenado que retirara los medios materiales y clausurara los locales de SA.

El pleno del Poder Judicial acordó por 18 votos a 3 disolver la Sala porque Zorrilla no se había ajustado al turno preestablecido a la hora de nombrar a los tres nuevos magistrados de la Sala de Discordia. Zorrilla negó ayer sentirse "desautorizado" por la decisión adoptada por el máximo órgano del gobierno de los jueces. Y, de inmediato, dio cumplido cumplimiento de los "términos" del acuerdo del Consejo nombrando a los tres nuevos magistrados según el orden preestablecido.

Los elegidos son los magistrados Fernando Torremocha García Saenz, que pertenece a la Sala de lo Social; Agustín Hernández, magistrado de la Sala de lo Contencioso Administrativo, y, finalmente, Isidoro Álvarez Sacristán, también magistrado de la Sala de lo Social. Zorrilla ha tenido que descartar al magistrado José Antonio Alberdi, que por turno se tenía que haber incorporado a la Sala, "al no hacerse efectivo su nombramiento" por "su situación de baja por enfermedad", según precisa el acuerdo de Zorrilla. Los otros cuatro magistrados que integrarán la Sala son el propio Zorrilla, Nekane Bolado Zarraga, Antonio García Martínez y Roberto Sáiz Fernández, todos ellos miembros de la Sala Civil y Penal.

El próximo lunes, la nueva y ya legal Sala de Discordia debería reunirse a partir del mediodía. Pero aún existe un escollo que ayer aún no se había resuelto. El colectivo de funcionarios públicos Manos Limpias, uno de los dos querellantes, presentó el pasado 18 de julio un incidente de recusación de Zorrilla y de la magistrada Bolado por considerar que son "afines al PNV", "estar conformes con la política que lleva a cabo el señor Atutxa, lo que va en detrimento de la debida imparcialidad" y ha "engendrado desconfianza o temor en mi representado", según el escrito de recusación.

Recusación de dos jueces

Manos Limpias indica también que Zorrilla "es muy amigo de Emilio Olabarria (sic), hoy diputado por el PNV y en su día miembro" del CGPJ. Fuentes de Manos Limpias indicaron ayer: "Hace dos días, Zorrilla nos pidió a través de una providencia unos poderes especiales para seguir con la recusación, que ya hemos hecho y que nuestra procuradora llevará a la nueve de la mañana del lunes porque mañana [por hoy] es fiesta en Vizcaya". Está por ver si para entonces se rechaza la recusación o, por el contrario, ambos tienen que abstenerse de participar en las deliberaciones del próximo lunes.

Por otra parte, la Sala Especial del Supremo desestimó ayer por el incidente de nulidad presentado por la Cámara vasca contra el auto dictado por el alto tribunal por el que se ordenaba la disolución del grupo SA. La razón esgrimida es que se presentó fuera de plazo.