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El Ayuntamiento de Manresa restituye la bandera española en su edificio

CiU y ERC revocan la ejecución del acuerdo para evitar la inhabilitación del alcalde

El alcalde de Manresa, el socialista Jordi Valls, ha decidido restituir la presencia de la bandera española y de la europea coronando el edificio consistorial, al lado de la catalana y de la de la ciudad con el acuerdo de todos los grupos municipales, incluso de CiU y ERC, que impulsaron la votación en el pleno del pasado lunes de dejar sólo ondeando la senyera y el símbolo local. Formalmente, el Ayuntamiento de Manresa no ha revocado el acuerdo del pleno, pero sí ha dado marcha atrás en la ejecución del mismo.

Los responsables de los cinco grupos municipales decidieron apoyar la voluntad del alcalde de "revocar la ejecución material" del acuerdo del pleno y llegar hasta donde sea necesario en la defensa de la autonomía municipal por la vía judicial. La Delegación del Gobierno había solicitado el miércoles la restitución de los símbolos del Estado, al tiempo que anunciaba el inicio de un recurso contencioso administrativo contra el acuerdo, en el que solicitaba al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la suspensión de su entrada en vigor.

Además, según Jordi Valls, cabía la posibilidad de que el alcalde y los ediles que apoyaron la propuesta fuesen inhabilitados del cargo. El jefe de filas convergente, Josep Vives, se amparó precisamente en esta posibilidad de inhabilitación como justificante del cambio de posición de su grupo. CiU de Manresa afirmó que actuaba sin solicitar el apoyo de su formación; "porque somos autónomos para tomar decisiones", y añadió que la decisión de ayer se debe a que "había una sombra de posibilidad de que el alcalde pudiera ser inhabilitado". Valls, poco después, le recordó al convergente Vives que esta posibilidad se había expresado el mismo día del pleno antes de tomar la decisión, del mismo modo que se informó a los concejales de la ilegalidad que se estaba cometiendo a través de un informe de la secretaria del mismo consistorio. Vives se mostró perplejo por la gravedad de la situación, por la intervención incluso del Gobierno central y agregó que actuaba "por prudencia" y para "no tensar más la situación".

El alcalde Manresa se había lamentado unas horas antes de no haber recibido el apoyo ni del conseller en cap, Artur Mas, cuyas únicas declaraciones sobre el conflicto de Manresa han sido para situar el problema en el ámbito de la supuesta debilidad del equip de gobierno municipal integrado por PSC, ERC e ICV, ni del consejero de Gobernación, Josep Maria Pelegrí. Valls pidió disculpas a sus ciudadanos porque "Manresa ha sido noticia por el tema de las banderas".

Falta de sensibilidad

Para Vives, el acuerdo que se tomó es completamente válido y no crea que su posición se mueva "ni un milímetro, ni en la forma ni el espíritu" tras la polémica. CiU también se mostró crítica con la Delegación del Gobierno porque entiende que su actuación "demuestra la falta de sensibilidad" respecto a los símbolos.

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Desde ERC, que también presentó conjuntamente con CiU la polémica propuesta, su portavoz, Ramon Fontdevila, argumentó que a pesar de acatar la decisión de reponer la bandera, el acuerdo ha servido para sensibilizar sobre la importancia de los símbolos. ERC, igual que ICV (que con su abstención permitió que prosperase la moción de CiU y ERC), hubiera deseado que la reposición de las banderas se hubiese efectuado en el momento en que el TSJC intervino.

El presidente de ICV, Joan Saura, se lamentó de la polémica y reclamó al resto de formaciones que "no hagan electoralismo" con este tema. El PSC insistió en la falta de decisión de CiU. El presidente del PSC, Pasqual Maragall, reprochó la falta de coherencia del grupo convergente y el alcalde de Barcelona, Joan Clos, afirmó que CiU, "lo único que ha hecho es fomentar la discusión de los signos". El portavoz parlamentario de ERC, el manresano Josep Huguet, criticó el "nacionalismo calientabraguetas" de CiU, por haberse "bajado los pantalones".

El grupo convergente en el Ayuntamiento de Sant Celoni propuso ayer en un pleno municipal la retirada de las banderas española y europea del palco municipal. La iniciativa de la segunda fuerza política local, apoyada por ERC, perseguía "encontrar un mínimo común que identifique a todos los vecinos del pueblo", según explicó Jordi Cuminal, portavoz de CiU. La propuesta no vio la luz tras la unión de fuerzas de PSC, con mayoría de concejales, e ICV. Cuminal aseguró ser consciente de que la iniciativa de su partido era ilegal. "La mayoría del pueblo no debe acobardarse ante la ley", justificó.

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