¡Lady Di, mutante!
¡Jo, éstos de la Marvel -los del Increíble Hulk- son superguays! ¡Ahora, según parece, van a hacer una Lady Di mutante! El pobre papá, al principio, no daba crédito a lo que oía, pero cuando vio la noticia en el telediario tuvo que reconocer que mi hermano pequeño y yo no mentimos casi nunca. Después se preguntó qué clase de superpoderes podría tener la Lady Di mutante. Nosotros empezamos a enumerar armas secretas, rayos de energía cósmica y luz magnética, mientras que papá se inventaba otras armas igual de divertidas, como las superpiernas, el sujetador asfixiante, las medias de rejilla estranguladoras y los látigos de collares de perlas. Mamá le dijo entonces que era un imbécil, y papá le contestó que por supuesto. ¡Qué guay es cuando papá y mamá se ponen de acuerdo!
Aunque mamá cambió de canal, papá añadió que también la Familia Real española es como los X-Men, y aquí nadie les hace un cómic, y mira la de superpoderes que les podrían sacar. La verdad es que yo dije que prefiero a otro tipo de mutantes, como los Cuatro Fantásticos o La Cosa del Pantano, pero papá me aseguró que dentro de poco también saldrá Garzón a lo Daredevil, aunque yo no sé quién es ese tío. ¡Jo, parece que todo el mundo puede ser un superhéroe! Papá dice que los mejores superhéroes son los superhéroes de barrio. Esos, que según él, "tiran palante" y trabajan durante toda su vida. Yo, la verdad, no sé si ya estoy en edad de creer en superhéroes. El otro día me tiré de la mesa como Spiderman y me pegué un morrazo de espanto. Todavía tengo la cicatriz. Mamá se enfadó mucho, y me dijo que si quería ser un superhéroe, que me portase bien este verano. Le aseguré que eso estaba hecho, pero como la prueba anterior no me había salido bien a mí, convencí a mi hermano de que lo intentase, para ver si él era mutante. El caso es que tampoco era, y mamá nos castigó a los dos; a mí por desobediente y a mi hermano por tonto, según dijo.
Esto de ser mutante es un rollo. Uno intenta adquirir superpoderes así, sin más, por la cara bonita, y luego resulta que es un timo. ¡No hay derecho! Ni hablar de volar, de atravesar paredes, de lanzar rayos, ni nada de nada. ¡Y eso que me he pasado horas ensayando! ¿Cómo lo hacen el Increíble Hulk, Daredevil, o Batman? Seguro que están enchufados. Pero lo más triste es que, por querer ser un superhéroe, me han condenado. Mi hermano pequeño, que ahora lleva una tirita enorme en la cabeza -sí que parece un superhéroe con casco- ha estado intentando fulminarme con los rayos gamma de su mirada durante toda la tarde, mientras estábamos supercastigados haciendo los deberes. ¡Y Lady Di mutante sin aparecer!
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