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El calor disparó el gasto de agua un 6% en junio

Desde el mes de junio se penaliza con tarifa doble el exceso de facturación en las casas

El consumo de agua en la región se ha desbocado. El crecimiento urbano y el intenso calor de los últimos dos meses ha disparado el gasto muy por encima de las previsiones del Canal de Isabel II. En junio creció el 6%, y en lo que va de año, el 4%, más del doble de los valores recogidos en los planes de abastecimiento y de sequía elaborados por la entidad pública, que distribuye agua a cinco millones de habitantes. Pese al invierno generoso en lluvias, ya se ha iniciado el bombeo desde el embalse de San Juan, y desde junio se penaliza el exceso de consumo con tarifa doble.

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Con las reservas de agua al 79% de la capacidad de almacenamiento y un invierno espléndido en precipitaciones, nadie diría que el abastecimiento de agua de Madrid esté al borde del riesgo.

No lo está, pero el Canal de Isabel II acaba de dar la orden de iniciar los bombeos desde el embalse de San Juan (río Alberche). Cada metro cúbico que trasvasa hasta el embalse de Valmayor le cuesta 0,042 euros en electricidad. Como el bombeo es de 5,5 metros por segundo, el Canal tiene que pagar una factura adicional de 598.000 euros al mes para complementar los abastecimientos.

Las fuentes tradicionales de aprovisionamiento del Canal (Lozoya) no son suficientes para atender el desorbitado aumento del consumo de agua que se ha registrado en lo que va de año, y mucho menos durante los últimos dos meses, un 5,68% sobre los valores del año pasado. "Hay que tener en cuenta las condiciones climáticas extraordinarias que han coincidido esta temporada", afirma Gaspar Cienfuegos-Jovellanos, gerente del Canal. "La media de temperaturas máximas ha sido la más alta de los últimos cien años".

Las elevadas temperaturas explican en parte el crecimiento del consumo, pero sólo parcialmente. Los desarrollos urbanísticos y la expansión de las viviendas unifamiliares explican el resto.

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60.000 clientes anuales más

"En el último año se han incorporado 25.500 nuevas viviendas y 60.000 nuevos clientes. Ésa es la media anual ", asegura Cienfuegos. A este ritmo de crecimiento de la población y el consumo de agua, el abastecimiento de los cinco millones de residentes de la Comunidad de Madrid (a excepción de Alcalá de Henares) se sitúan en la posición de más riesgo de todas las grandes ciudades españolas, según un experto.

El Canal es la única entidad española que dispone de un plan de gestión de sequías y de un manual de abastecimientos como exige el Plan Hidrológico Nacional. Según este manual, la situación actual ha sobrepasado la fase A de normalidad, en la que los embalses se encuentran en óptimas condiciones de llenado y se vierte agua suficiente para cumplir los caudales ecológicos. El disparo del consumo ha provocado el salto a la situación B, que supone que, aun estando dentro de los límites de la normalidad, hay que recurrir a recursos complementarios (bombeo desde el río Alberche). También se vigila la explotación del sistema para evitar vertidos desde el embalse de Valmayor (destino del bombeo del Alberche), y además se cumplen los caudales ecológicos.

Si las condiciones del invierno hubieran sido otras, los abastecimientos de la región madrileña correrían un grave riesgo. "El incremento de las viviendas unifamiliares ha ido más deprisa que el de los recursos hídricos. Los niveles medios del consumo unitario, lejos de reducirse, aumentan. No se ahorra nada. Todo lo contrario", afirma un experto del Canal.

"En 1991 se batió el récord de consumo, con 591 hectómetros cúbicos. A partir de 1992, en que se estableció por ley la obligatoriedad de instalar contadores individuales, la demanda bajó un par de años, pero desde 1995 se ha invertido la tendencia al alza y este año vamos a superar los máximos históricos. Crecemos el doble de lo que suponíamos en nuestras prognosis", advierte con preocupación el experto. "Es posible que con las obras aprobadas en los depósitos de Bravo Murillo en plena campaña electoral se presenten problemas de presión".

Estos problemas no parece que vayan a solucionarse con la construcción de nuevos anillos de tuberías, la denominada M-50 del agua, que ahora va a comenzar a ejecutar la Sociedad Estatal de Aguas del Tajo, en el marco del Plan Hidrológico Nacional. "Estas mejoras en la red arterial van a costar el doble de lo que le costaría hacerlas al propio Canal de Isabel II y además ya estarían terminadas. Para cuando empiecen las obras se habrán quedado obsoletas", asegura un experto del Canal.

La misma fuente sostiene que la red de pozos estratégicos establecida para afrontar situaciones de sequía no responde como se esperaba. Su capacidad de recarga es reducida. Sólo pueden aportar tres metros cúbicos por segundo, un volumen insuficiente a menos que el nivel freático se venga más abajo aún de lo que está, a 500 metros de profundidad.

"Riega menos y de noche"

Las campañas publicitarias de sensibilización al ahorro que el Canal de Isabel II ha divulgado durante la primavera no han tenido ningún impacto. Lo reconoce el propio gerente de la entidad, Gaspar Cienfuegos-Jovellanos. En breve se lanzará una nueva de contenido mucho más agresivo para persuadir a los madrileños a que reduzcan el consumo de agua. Según Cienfuegos-Jovellanos, los niveles de agresividad están programados en función de las reservas.

"Riega menos y de noche", "No utilices el inodoro como papelera", "No derroches", "Lo que haces con 250 litros puedes hacerlo con 150" serán algunos de los mensajes dirigidos a los consumidores.

Desde el pasado mes de junio está en vigor la nueva tarifa de verano, con la que se penaliza a los consumidores que superen los 501 litros diarios. Más de alguno se habrá llevado un susto al ver la factura. "Ya estaba previsto desde 2002, pero es el primer año que se aplica", afirma Cienfuegos. La tarifa de verano estará vigente durante junio, julio y agosto. Supone que si se supera el límite del primer bloque de consumo (500 litros por vivienda y día) la tarifa aumenta un 50%.

En el Canal confían en la eficiencia de esta medida, probablemente mucho más persuasiva que las campañas de publicidad en cuanto los consumidores se percaten de su impacto en la economía familiar.

Las puntas de consumo registradas en los últimos dos meses, coincidiendo con la oleada de calor, ha puesto en entredicho la garantía de los abastecimientos de Madrid. Los expertos estiman que en las circunstancias actuales la región está condenada a sufrir una sequía cada 10 años, una probabilidad mucho más elevada que la de cualquier otra gran ciudad española. "Lo peor es que no se conoce la solución. Vamos por detrás de la demanda, y mientras no se apliquen medidas eficaces para gestionarla no se alcanzará el equilibrio con los recursos disponibles", afirma un hidrólogo del Canal.

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