Disparo a la chica
Una empresa oferta en Nevada batidas de mujeres desnudas con balas de pintura
"Tenemos más de 30 mujeres dispuestas a que los hombres las cacen como perros", dice el anuncio de la empresa Real Men Outdoors Productions (Actividades Recreativas para Hombres de Verdad). Las chicas van desnudas y al toque de un silbato salen despavoridas por un rancho en el desierto de Nevada escapando de la lluvia de balas con pintura roja.
Los cazadores son hombres normales "que ya lo han probado todo" y pagan 10.000 dólares para participar en el juego "Hunting for Bambi". ¿Se trata de un cebo publicitario para vender vídeos de las supuestas cacerías realizadas con actores? Las autoridades de Las Vegas y el FBI abrieron ayer una investigación y las organizaciones femeninas pusieron el grito en el cielo.
Los hombres pagan 10.000 dólares, y las mujeres cobran 1.000 si las cazan y 2.500 si logran escapar
El portavoz de la empresa, David Krekelberg, insiste en que es un juego real ("Hemos realizado ya 18 cacerías", dijo a la cadena Fox News) pero al mismo tiempo se niega a ubicar el rancho por temor, afirma, a un ataque de quienes no entienden que la cacería de las bambis -con rifles reales- es un juego para liberar adrenalina en el que las "chicas participan gustosas". También asegura que han tomado medidas para la seguridad de las modelos. Hasta ahora sólo llevaban unas zapatillas de tenis y a raíz del escándalo que estalló la semana pasada, las permiten ponerse casco y gafas para protegerse de los disparos a una velocidad de 310 kilómetros por hora.
A las chicas les pagan 1.000 dólares si las cazan y 2.500 si logran escapar. En teoría no permiten disparos por encima de la cintura, aunque admiten que muchos clientes lo incumplen. "Sea o no una trampa publicitaria, es denigrante e ilegal. Al menos violan 20 leyes federales", ha declarado Rita Haley, portavoz de la influyente Organización Nacional de Mujeres de EE UU. A lo que Krekelberg ha respondido que "si tanto les preocupa la explotación femenina deberían abogar por las mujeres de Afganistán. A nuestras chicas las cuidamos".
La supuesta oferta incluye transporte, alojamiento, una filmación de la cacería que acaba con los trofeos montados sobre una pared como si fueran venados y, según la cadena Fox, sexo como colofón.
Ningún periodista ha podido entrar en el rancho, pero una estación de televisión de Las Vegas afiliada a CBS emitió partes del vídeo filmado por la propia empresa Real Men Outdoors en el que un cazador vestido con uniforme militar de faena que se identificaba como George Evanthes decía que acaba de darle a una en el blanco: "Es la que tenía el trasero más grande. Es un juego muy sexy". En el vídeo aparece también una "bambi" despeinada llamada Nicole quejándose de que a veces le dolían bastante los disparos y lloraba. Otras tres, sin embargo, Taylor, Giudget y Skyler, aseguran riéndose que no son tan dolorosos y que se lo pasan bien.
Burdick, el fundador de Hunting for Bambi, explica que la dinámica del juego apela a las fantasías tanto masculinas como femeninas. "A ellos les gusta sentir que dominan y qué mujer no fantasea con el pavor de que le persigue un desconocido". Todo puede ser sin embargo una farsa teatral. Una organización que rastrea las leyendas urbanas, Snopes, ha tratado varias veces de hacer reservas para las cacerías y nunca ha obtenido respuesta. Además, en el registro mercantil de Nevada la dirección con la que el pasado abril se constituyó la empresa Real Men Outdors Inc. pertenece a una lavandería.
Los tiros les pueden salir por la culata. Si es cierto que las cacerías se realizan en el desierto de Nevada, les podría caer una multa sensacional porque más del 90% de esos terrenos son propiedad del Gobierno federal. Por otra parte, el mayor fabricante de balas de pintura, Brass Eagle Inc., los ha denunciado por utilizar su producto irresponsablemente. Y las organizaciones feministas han lanzado una campaña de condena porque consideran que promueve la violencia contra las mujeres. El alcalde de Las Vegas, Oscar Goodman, ha dicho que llegará hasta el fondo. "En esta ciudad nos preciamos de que todo es posible, pero esto se pasa de la raya".
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