El juicio contra los primeros 52 islamistas acusados de los atentados de mayo empieza hoy en Casablanca
El primer juicio de 52 islamistas, presuntamente responsables de los atentados del 16 de mayo en Casablanca, que causaron 44 muertos, entre ellos cuatro españoles, empieza hoy en esa ciudad mientras a lo largo y ancho de Marruecos los tribunales emiten duras sentencias, a veces condenas a muerte, contra otros muchos integristas. La represión desatada contra los islamistas desde hace dos meses no tiene precedentes en la historia de Marruecos.
Un recuento de todos los integristas inculpados por el ministerio público asciende a unos 200, pero el ministro de Justicia, el socialista Mohamed Buzubaa, anunció la semana pasada en la televisión 2M que, en total, el número de procesados se elevaría a 700. El de detenidos desde el 16 de mayo asciende a varios miles.
El tribunal de apelación de Casablanca empezará hoy a juzgar, a menos que los abogados de la defensa no logren un aplazamiento, a los primeros 52 responsables de las cinco explosiones terroristas que sacudieron Casablanca. En ulteriores juicios comparecerán otros de sus supuestos autores.
Los atentados fueron perpetrados por suicidas, 12 de los cuales murieron junto a sus víctimas. Uno de los kamikazes, Mohamed el Omari, no llegó a accionar su carga explosiva. Hoy se sentará en el banquillo junto con otros dos aspirantes al suicidio que estaban en la reserva por si fallaban sus correligionarios.
Todos ellos han sido acusados de "constitución de banda criminal, atentar contra la seguridad del Estado, sabotaje, homicidio voluntario y causar daños que provocan heridas o la invalidez permanente". La mayoría corren el riesgo de ser condenados a la pena capital, y los letrados marroquíes prevén que serán enviados al patíbulo. Ninguna de las condenas a muerte pronunciadas en Marruecos desde 1993 ha sido ejecutada, pero, tras los atentados, el rey Mohamed VI anunció el fin del laxismo.
Hace diez días el mismo tribunal condenó a 31 militantes del salafismo combatiente, 10 de ellos a la pena capital, poniendo así de relieve la severidad con la que actúa la justicia desde que se promulgó, en mayo, una nueva ley antiterrorista. Entre los condenados a muerte está Buchaib Maghder, residente en España y casado con la española Eva María Monfort.El rigor de la justicia no ha disuadido a otros integristas. El 10 de julio uno de ellos apuñaló a siete clientes del bar del cámping de Agadir y a continuación se suicidó. Cinco días antes, otro islamista asesinó a una francesa afincada en esa misma ciudad turística, según el diario As Sabah.
El titular de Justicia repite que los inculpados gozan en los juicios de todos sus derechos, e incluso ha permitido la asistencia a uno de ellos de un abogado francés, Olivier Guérin, en representación de la Federación Internacional de Derechos Humanos. Varios de los 31 salafistas condenados el 10 de julio se quejaron, sin embargo, de que sus confesiones habían sido arrancadas bajo tortura, pero el tribunal no lo tomó en cuenta.
A finales de mayo murió en Fez, horas después de su detención, Abdelhak Betassir, supuesto coordinador de los atentados. Las organizaciones marroquíes de defensa de los derechos humanos, la AMDH y la OMDH, pidieron entonces una autopsia independiente. El 24 de junio apareció en Marraquech el cadáver de Mohamed Bunnit, profesor de Filosofía al que los servicios secretos habían convocado días antes a un interrogatorio y que, según su familia, fue torturado. Ambas organizaciones solicitan esta vez al ministro la apertura de una investigación.
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