"Los españoles tenemos genes de fondistas"

A los 29 años, David Meca las ha visto ya de todos los colores. Se marchó a Estados Unidos a los 19 para proseguir sus estudios de arte dramático en la misma meca del cine, Hollywood, y también para progresar en su carrera como nadador de piscina con las enseñanzas de los técnicos americanos. Pero allí le descubrieron que lo suyo no eran los 400 metros ni los 1.500 libre, modalidades de las que era campeón de España, sino las largas distancias. Comenzó otra carrera, que le ha llevado a la cumbre de la natación mundial en su nueva especialidad, las aguas abiertas. A pesar de una suspensión de dos años por un dopaje que él siempre negó, Meca ha ganado más de 20 copas del Mundo y se ha colgado siete medallas en los tres Campeonatos del Mundo en que ha participado. Las dos últimas, las logró en Barcelona: la plata en los 25 kilómetros y el bronce en los 10 kilómetros. Su mayor explosión se produjo en el Mundial de Honolulú (Hawai), donde ganó medalla en las tres distancias (5, 10 y 25 Km) y otra por equipos.

"Lo duro es levantarse a las cuatro y acostarse a las ocho cuando en la tele empieza lo bueno"

"Me ofrecieron mucho dinero para ir a 'La isla de los famosos', pero preferí los Mundiales"

Pregunta. ¿Por qué decidió marcharse a Estados Unidos?

Respuesta. Me fui en 1993 para aprender el inglés, poder entrenarme con los técnicos americanos y desarrollar mi segunda pasión, que es el cine y la televisión, en la Universidad de California del Sur, en el mismo Hollywood, que a parte de ser carísima es la más prestigiosa en el mundo del cine. Afortunamente, no tuve que pagar porque me becaron gracias a la medalla que gané en el abierto de Estados Unidos.

P. ¿Qué medalla ganó?

R. Fui totalmente a la aventura, con 30.000 pesetas en el bolsillo, y a vivir con una familia americana. Pero competí allí por primera vez en los 400 y los 1.500 metros libre. Hice plata y me ofrecieron becas varias universidades estadounidenses.

P. Así que entonces todavía nadaba en piscina.

R. Había sido ya varias veces campeón de España en 400 y 1.500 desde 1992 hasta el verano de 1996. Fue entonces cuando decidí dejar la piscina y disputar mi primera prueba de larga distancia, una Copa del Mundo, y la gané. Ya no volví a la piscina.

P. ¿Quién le abrió este nuevo camino?

R. Mark Schubert, una máquina de hacer campeones olímpicos y mi entrenador americano, me dijo que, por mis características y condición física, lo haría muy bien en largas distancias, porque la piscina se me quedaba corta. Y, además, añadió que mi carácter se adaptaba a la perfección a esta lucha no sólo contra el rival, sino también contra el frío, el mar, el medio ambiente. Me gustó.

P. ¿Dónde se instaló en Estados Unidos?

R. En Santa Bárbara, con una familia que no conocía. Fue una aventura. Tenía 19 años. Mis padres sufrieron por mi marcha, pero querían lo mejor para mí. Y sabían que era el mejor lugar para proseguir mis estudios de arte dramático. Tienen una tecnología punta y profesores de alto nivel. Allí estaban Georges Lucas y Steven Spielberg. Pude trabajar en una serie con ellos: Las aventuras del joven Indiana Jones. Lo hacen todo a lo grande y coges muchos contactos.

P. ¿Sería una buena experiencia vital?

R. Aprendí a ser una persona más independiente. De golpe, mi madre ya no estaba para hacérmelo todo. Tuve que espabilarme. Me ayudó a ser más luchador, más autosuficiente. Me dio un idioma y una carrera.

P. ¿Le parece duro el mundo del espectáculo?

R. La gente dice que sí. Pero, no. Lo realmente duro es levantarse a las 4.40 de la madrugada e irse a la cama a las 20.00 cuando empieza todo lo bueno en la tele. Lo otro es un caramelo: viajar en limusina, estar en hoteles de cinco estrellas, tenerlo todo. Es una vida que cambiaría... pero no por ahora. De momento lo compagino. Si dicen que esto es duro, que vengan a nadar conmigo.

P. ¿Cómo se le ocurrió compaginar estos dos mundos tan radicalmente distintos?

R. Empecé a hacer publicidad y anuncios en televisión con 13 años. A los 16 grabamos más de 50 spots, junto a mi hermano. Me parecía excitante traer ya dinero a casa. A los 16 años me clasifiqué para mis primeros campeonatos de Europa junior y me ofrecieron realizar una pequeña película, a la que tuve que renunciar. Luego entré en el CAR de Sant Cugat y Joan Fortuny, mi actual entrenador, me prohibió terminantemente hacer anuncios en televisión. Fue entonces cuando me plantée en serio estudiar arte dramático, pensando en el futuro.

P. Y lo está utilizando. Es un personaje bastante histriónico.

R. Me sirve, y mucho. No sólo me permite sentirme cómodo ante las cámaras y en las conferencias de prensa, sino que también he recibido algunas ofertas interesantes. Cuando regresé a España hace dos años presenté el programa Gran Splash en el primer canal de TVE, y este año colaboré en un programa diario de Karaoke, Arrasando, en la televisión canaria, con muy buenos resultados. Yo mismo me sorprendí, porque no creí que fuera a desenvolverme tan bien como presentador. Incluso, antes de los Mundiales de Barcelona, me ofrecieron mucho dinero por participar en La isla de los famosos. Pero preferí renunciar para prepararme bien.

P. ¿Cuándo se enteró la Federación Española de que tenía a un campeón de larga distancia?

R. En el 96 no me hacían demasiado caso. Tuve que pagarme todos los desplazamientos a la Copa del Mundo: viajar a 10 países, financiando al entrenador, pagando viajes, estancias, masajes. A partir de 1998, cuando en Perth (Australia) gané mi primera medalla en un Mundial [plata en 25 Km], descubrieron que había un español con posibilidades. Y ahora ya tenemos un equipo entero.

P. ¿A Meca le interesa o no que haya un equipo español de larga distancia?

R. Claro que me interesa. Por muchos motivos. Primero, porque no estaré solo. Tengo en casa una fotografía increíble del momento en que recogí la medalla por equipos en los Mundiales de Hawai: en lo más alto del podio, Rusia, con 12 componentes; en el segundo peldaño, España, sólo conmigo; en el tercero, Italia, con 14 nadadores. Segundo, porque yo dejaré de nadar algún día y es bueno una continuidad aseguradada, porque los españoles tenemos genes de fondistas. Y tercero, porque ya no tendré que financiarme más para poder competir.

P. ¿Va a usar las dos medallas contra sus compañeros de equipo por sus críticas?

R. Tampoco es eso. Ellos se disculparon por sus críticas hacia mi persona. Deben entender que vaya a mi aire, porque siempre he ido así. Es la primera vez que formamos un equipo y me cuesta adaptarme. Pero está claro que me he ganado mi situación actual con muchos años de trabajo y con medallas. Creo que todos debemos estar contentos de conseguir que se hable de este deporte, aunque sea a través de mi. Seguro que ellos también saldrán beneficiados de eso.

P. ¿Cómo se consigue vivir bien de un deporte tan minoritario?

R. Soy un privilegiado. Me ha costado. He tenido que ganar 28 copas del Mundo, seis títulos mundiales, varios más europeos. Pero nunca pensé que podría llegar a vivir de la natación. Y está claro que me ha ayudado todo el aspecto artístico de mi personalidad. Sin aparecer en la televisión no tendría tantos patrocinadores.

P. ¿A qué piensa dedicarse en el futuro?

R. A tener muchos hijos. Ésa es mi prioridad. Y a trabajar en el mundo de la televisión y el cine. Por ahora seguiré nadando, pero voy a intercalarlo con mi otra profesión.