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Reportaje:

Clases de informática para acercar a abuelos y nietos

Siete centros de Madrid enseñan informática a los mayores y a sus nietos por iniciativa de la Fundación La Caixa

Acercar las nuevas tecnologías a las personas mayores y promover un espacio de convivencia, aprendizaje e intercambio entre adultos y niños son los objetivos del programa Abuelo, ¿puedo tocar un botón?, que la Fundación La Caixa organiza en siete centros de mayores durante los meses de verano.

La actividad, que se desarrolla por segundo año consecutivo, ha atraído en esta primera quincena a unas 350 personas, que no necesitan inscribirse, sino simplemente dirigirse a cualquiera de los centros implicados; tres en la capital (Centro de Mayores de La Caixa y los de Tetuán y Puente de Vallecas) y cuatro en otras tantas poblaciones de la región, Aranjuez, Leganés, Valdemoro y San Fernando de Henares.

El teléfono de la Fundación La Caixa (902 22 30 40) facilita información sobre horarios y las sesiones semanales previstas en cada centro adscrito.

Los talleres están atendidos por jubilados formados en aplicaciones informáticas, miembros de la asociación de voluntarios Viacema, que agrupa a unos 200 socios en Madrid. Su cometido es orientar e instruir a las personas interesadas que acudan a las Ciber@ulas de la Fundación La Caixa, para el manejo de programas informáticos de edición de textos e imágenes y para navegar también por la red de redes.

Juegos de ordenador

En la práctica, los pequeños que se apuntan a estos talleres se interesan, sobre todo, por juegos de ordenador; así lo explica Zósimo, de 79 años, que cada día, de lunes a viernes, acude la jornada completa del taller (de 10.00 a 14.00), que se desarrolla en el Centro de Mayores de La Caixa situado en la calle de Arapiles, 15.

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"Los niños", afirma tajante Zósimo, "son muy rápidos en aprender todo lo relacionado con la informática: controlan enseguida el manejo del ratón y se adaptan con facilidad al uso del ordenador".

En cambio, a los mayores les cuesta más, pero Zósimo posee ya un largo anecdotario de éxitos. "Hace unos días vino un matrimonio, no sabían bien lo que hacer hasta que decidieron investigar sobre una enfermedad rara que recientemente le habían diagnosticado al marido. Nos metimos en un buscador y recogieron mucha información", indica.

No hay límite, ni por arriba ni por abajo en las edades de los participantes; la única condición -explican los organizadores- es que se produzca esa relación intergeneracional, que, en cierto modo, supone también una inversión en los papeles habituales del proceso de aprendizaje de la informática. "El abuelo disfruta aprendiendo, y el nieto, enseñándole", en palabras de Alejo, que asiste con su nieto Víctor, de nueve años, a estas sesiones.

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