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Reportaje:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN | Sincronizada y waterpolo

A la sombra de Gemma

"Sé que es normal, pero a veces sí molesta que sólo hablen de ella; parece que las demás no hacemos nada", dice Paola Tirados

Embargada por la emoción, bañada en lágrimas, Paola Tirados (Las Palmas de Gran Canaria, 1980) se quedó ayer sin palabras. Durante unos minutos, los que siguieron a su proclamación como la tercera mejor nadadora del mundo en dúo, junto a Gemma Mengual, Tirados no pudo articular su voz. Sólo podía llorar. Derramar lágrimas de alegría, fundirse en un prolongado abrazo con Gemma, buscar el cobijo de su entrenadora Anna Tarrés. Era su segunda medalla en estos Mundiales -ya logró logró la plata en la prueba combinada- y, pese a ser de rango inferior, le sabía mejor.

El bronce en dúo era el premio a cinco años de intenso trabajo, los mismos que lleva viviendo a la sombra de Gemma Mengual, la gran estrella de la sincronizada española. Desde que decidieron formar pareja, su progresión ha sido imparable y la sucesión de títulos constante. Fueron octavas en los Juegos Olímpicos de Sydney, quintas en los Mundiales de Fukuoka 2001, plata en los Europeos de Helsinki 2000, metal que revalidaron en los del año pasado en Berlín.

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Y, sin embargo, mientras los focos del éxito apuntan a Mengual, Tirados permanece a su sombra. "Sé que es normal, pero a veces, sí que molesta que sólo hablen de ella; parece que las demás no hacemos nada", se queja Tirados, con la boca pequeña y sin atisbo de resquemor hacia su compañera. Y es que poco se sabe de esta nadadora canaria, menuda y tímida, que hace cuatro años, becada por la Federación Española de Natación, decidió abandonar las islas para instalarse en el CAR de Sant Cugat. Sus resultados -campeona de España cuando tenía 10 años y, más tarde, en categoría absoluta- aconsejaron el traslado para no frenar su progresión.

Y ahí se instaló, alejada de su familia -"me costó separarme de ellos, pero era el modo de conseguir algo más", reflexiona ahora-, con sus libros y sus bártulos de Arquitectura, y dispuesta a someterse a sesiones maratonianas de entrenamiento. Faltaban sólo dos años para Sydney y el reto era grande. Pero no tanto como el de ahora: Mundiales en casa, tan sólo un año después de lograr la plata en los Europeos de Berlín, y a un año vista de los Juegos de Atenas, su gran objetivo.

De septiembre a abril, Tirados ha sumado a sus clases de segundo de Arquitectura en la Politécnica seis horas de entrenamiento diario. Por la mañana se entrenaba, por la tarde iba a clase y por la noche estudiaba, en su pequeña habitación en la que a duras penas cabe la mesa en la que dibuja sus planos. Desde mayo, los entrenamientos se duplicaron y sus estudios quedaron semiaparcados.

Y, sin embargo, el domingo, cuando quizá se haya colgado su tercera medalla en estos Mundiales (hoy disputa la final de equipos), Tirados correrará junto a su ordenador. A reimprimir el proyecto de la única asignatura en la que se ha matriculado y que, no sabe cómo ni cuándo, se perdió. Después, vacaciones, alejada de la piscina, de la playa y del mar al menos una semana.

Paola Tirados, en primer plano, saluda feliz junto a Gemma Mengual.
Paola Tirados, en primer plano, saluda feliz junto a Gemma Mengual.AP

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