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Reportaje:

Una casa de Arabia

El Centro Árabe de Barcelona, que se presentó ayer, pretende convertirse en referencia económica y cultural

Árabe no corresponde a musulmán. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, puso ayer este clásico malentendido para ejemplificar la gran ignorancia que, en general, se tiene en Europa, particularmente en España, sobre la cultura árabe, por más que forme parte -y muy importante- de nuestra historia y nuestras raíces. Clos presidió ayer en el Saló de Cent del Ayuntamiento barcelonés la presentación del Centro Árabe de Barcelona, una fundación privada que pretende, además de difundir la cultura árabe, constituir un marco de referencia para los ciudadanos árabes que residen en Cataluña. El emblemático salón del consistorio estaba lleno hasta los topes. Al acto acudieron buena parte de las fuerzas vivas de la ciudad y también los embajadores de Siria, Moshen Bilal, y de Líbano, Samir Moubarak.

Según su presidente, Radi Al-Shuaibi, el Centro Árabe de Barcelona pretende actuar en tres campos: el cultural, el económico y el mediático. En su opinión, de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 se derivó una campaña para demonizar el mundo árabe. La cultura árabe, dijo, "ha sido objeto de confusión y de deformación por parte de los medios de comunicación occidentales". Radi Al-Shuaibi mostró su confianza en que la creación de esta entidad contribuya a "un mayor conocimiento del mundo árabe" y a "mejorar la convivencia".

El nuevo centro, añadió, quiere realizar "una apuesta por el diálogo intercultural y la convivencia".

Pero el Centro Árabe de Barcelona no sólo quiere funcionar hacia los catalanes explicando la realidad árabe, sino convertirse en un centro de referencia para los árabes que viven fuera de sus países. En su discurso, el director del centro, Samir Hamrouni, recordó el informe de Naciones Unidas que fija en más de un millón el número de árabes "altamente cualificados" que residen fuera de sus países de origen, razón más que suficiente para que la nueva entidad se convierta también en "un centro de referencia árabe para árabes en todo el mundo".

Entre los objetivos que se plantea el centro, destaca la creación de una sociedad de amigos de la entidad y de una división mediática que se encargue del seguimiento de todas las campañas relacionadas con la comunidad árabe, la producción de documentales y la elaboración de un banco central de datos sobre el mundo árabe.

Para mejorar la comunicación tanto entre los miembros de las distintas sociedades árabes como entre los árabes y los ciudadanos europeos, el Centre Árabe tiene previsto poner en marcha un portal de Internet que servirá asimismo para promover los intercambios y las oportunidades comerciales y económicas, aspecto este último que la nueva entidad contempla como una de sus bazas más potentes.

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El Centro Árabe también se dedicará a la investigación y publicará anualmente estudios e informes de referencia sobre aspectos de gran relevancia, entre los que Hamrouni quiso citar el del agua, las nuevas tecnologías, el patrimonio cultural árabe y sobre la experiencia de renovación de la ciudad de Barcelona.

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