Fotos de portada
Hay fotos de portada que actúan como revulsivos. Se comparta o no la famosa sentencia "una imagen vale más que mil palabras", si en general las imágenes de un periódico tienen como objetivo, además de aportar información y reforzar la credibilidad de los contenidos, ser una llamada de atención al lector, no cabe duda de que las de portada son el paradigma por excelencia. También las más deseadas por los profesionales y las más comentadas por los lectores. Por ello, cuando consiguen estos objetivos deberíamos felicitarnos. Pero hay imágenes que parecen moverse en el límite del buen gusto, el respeto, el derecho a la intimidad o, como ya he comentado en otras columnas, la crudeza, ante lo que algunos lectores se sienten rápidamente agredidos y reaccionan.
Varios lectores se han dirigido a esta Defensora para protestar por la inclusión en primera página de EL PAÍS, el pasado día 30, de la foto del ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo, acusado de delitos de genocidio y terrorismo durante la dictadura militar argentina, en calzoncillos en un reconocimiento médico. La foto, tomada en México, ilustraba la llegada del siniestro personaje a España y su ingreso en prisión por orden del juez Garzón.
"Por más que se acuse a Ricardo Cavallo de gravísimos delitos, me parece que EL PAÍS atenta contra el respeto debido a cualquier persona al enseñarlo en portada en paños menores. Estimo que el periódico debería mostrarse respetuoso, es decir, no incurrir en prácticas vejatorias, incluso con las personas más supuesta o declaradamente odiosas", dice Juan Ochoa de Michelena. Trato "vejatorio" en el que coincide M. J. Hernández. Otros comunicantes hacen referencia a la vulneración del derecho a la intimidad que establece la Constitución Española.
El director adjunto de EL PAÍS Lluís Bassets, ese día al frente del periódico, da una explicación: "Me pareció la mejor foto disponible sobre Cavallo. Hubiera preferido una de su llegada a España, pero ni entonces ni después se le ha podido fotografiar. Ésta me pareció una buena foto, que merecía ser publicada. Volvería a publicarla si se diera al caso, incluso escuchando y respetando las opiniones contrarias. No estoy de acuerdo con que plantee problemas éticos. A mí no me los plantea, en absoluto. Si se atiende, además, a la primacía de derechos, entre el derecho a la intimidad del señor Cavallo y el derecho a la información de nuestros lectores, creo que no hay duda alguna que prevalece el segundo derecho. Hay casos en los que se hace difícil pensar que pueda ser vejatorio un tratamiento informativo de otra parte tan suave como éste (hemos visto fotos de personas detenidas por policías y ejércitos en condiciones mucho peores). En el caso de Cavallo, se hace difícil plantearse preguntas de este tipo cuando hay que tomar una decisión periodística sobre una foto. Además, se trata de un prófugo de la justicia, que ha venido ocultándose durante años. Yo hubiera publicado encantado de la vida fotos de Alois Brunner, por nombrar a uno de los grandes criminales nazis nunca detenidos, en calzoncillos, o desnudo incluso. Es muy difícil que los responsables de crímenes contra la humanidad puedan suscitar problemas de protección a su imagen. O quizás es una deformación profesional y política mía: a mí no me los plantean".
Conviene recordar que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en general, da prevalencia al derecho a la información del artículo 20 de nuestra Constitución sobre los también derechos constitucionales a la intimidad, al honor y protección de la imagen, según mantiene mi colega y antecesor en las funciones de Defensor, Francisco Gor, un especialista en el tema. "Porque el derecho a la información tiene una dimensión objetiva en tanto que garantiza la existencia de una opinión pública informada, básica para el funcionamiento del sistema democrático".
Publicidad invasora
Hay lectores siempre atentos y suspicaces con la publicidad, por otra parte tan necesaria para la buena marcha e independencia de los diarios. Y algunos se han sentido indignados por la "invasión", en las últimas semanas, de la primera página impar de Opinión por un anuncio publicitario. Hecho que, mantiene Félix Díaz, "no había pasado nunca".
"Desde hace tiempo llevo observando que cada vez con más frecuencia invaden la tradicional página noble de Opinión con anuncios a toda plana. Sinceramente, cada vez que ocurre eso, me arrepiento de haber comprado el periódico ese día y no descarto que pueda llegar un momento en que tome la decisión de hacerlo para siempre", dice Félix Álvarez. Por su parte, Gerardo Ortiz Yrureta comenta: "Hoy, por primera vez en 25 años, al buscar la firma acompañante al editorial ¿Vargas Llosa, Savater, Sacks...?, ¿quién será hoy? ¡Toma!, ni más ni menos que Audi. Eso sí, un texto breve (...)". Ortiz, que se declara "muy mosqueado" por la novedad, nos sugiere que, en esa misma línea, reservemos en el editorial "espacio para añadir una línea en negrita del tipo: "Editorial patrocinado por leche Puleva", o algo parecido".
La directora de Publicidad, Esther Mejorada, responde: "Estamos en pleno proceso de reestructuración industrial, esto nos lleva a tener que utilizar simultáneamente dos rotativas con distintas capacidades de color. Para la elaboración diaria del periódico utilizamos aquellas opciones comunes en ambas máquinas, lo cual reduce aún más el número real de posiciones. Éste es el motivo por el cual nos hemos visto obligados, en tres ocasiones, a dividir Opinión por páginas de publicidad para poder satisfacer toda la demanda publicitaria. Pero, dado que vamos a tener que convivir con esta realidad durante algún tiempo más, hemos optado por no volver a utilizar esa opción de color en lo sucesivo".
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electrónico (defensora@elpais.es) o telefonearle al número 91 337 78 36.
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