Carritos en la EMT
Por mucho que me rompa la cabeza, no acabo de entender la normativa de los autobuses de la EMT de Madrid. Dicha norma indica cómo viajar con un bebé o un niño pequeño y su cochecito: Hay que plegar el carro antes de subir al vehículo. Supuestamente por motivos de seguridad.
¿Por motivos de seguridad? ¿Seguridad de quién? ¿Del niño? ¡No me hagan reír! ¿Estará más seguro en brazos de su madre, quien a la vez tiene que sujetar el carrito, su bolso, las cosas que lleva para el niño, quizás una bolsa de compra y, si me apuran, a sí misma. ¿Y si tiene más de un hijo? ¿O si está embarazada? ¡Vaya discriminación! No me lo pude creer cuando por primera vez me impidieron subir al autobús con el carrito (ni siquiera era hora punta y el autobús iba vacío).
Poco después hicimos un viaje a Alemania, donde es perfectamente normal entrar en el autobús con el carro desplegado y el niño sentado. Allí incluso, si no se trata de un vehículo moderno (con piso bajo continuo), hasta el mismo conductor se ofrece a subirte el carro. Pero no hace falta irse a Alemania u otros países europeos para poder viajar con carrito en el autobús: en Barcelona y otras ciudades españolas es posible. ¿Y Madrid?
¿Cuándo se les iluminará la bombilla a nuestros responsables? ¿Acaso quieren que la enorme cantidad de coches que circulan por la ciudad aumente aún más al obligar a madres como yo a recurrir al utilitario? Como si todas las madres tuviéramos carné de conducir o incluso el privilegio de un coche propio, aparte del de su marido, por supuesto, ya que él no va a prescindir del suyo.
Por no hablar de la búsqueda de aparcamiento... "Coja el metro", dicen algunos. ¡Menudo consejo! Primero, hay que tenerlo cerca. Segundo, nuestro metro no se distingue precisamente por un derroche en medios técnicos tales como ascensores o escaleras mecánicas.
Afirman sus directivos que están modernizando todas las estaciones y aumentando la red hasta convertir al metro de Madrid en el más grande del mundo, pero me temo que se han dejado por el camino los intereses de niños de corta edad, personas mayores y de quienes tengan algún tipo de dificultad en subir o bajar escaleras.
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