La Comunidad Valenciana queda descolgada del corredor ferroviario mediterráneo que baraja la UE

La comisaria de Transportes y vicepresidenta de la Unión Europea, la española Loyola de Palacio, se comprometió el pasado febrero con el entonces candidato y ahora presidente de la Generalitat, Francisco Camps, a alentar la conexión ferroviaria por AVE entre la Comunidad Valenciana y Francia. Sin embargo, el Informe Van Miert, elaborado por un grupo de expertos nombrados por los gobiernos de los 15 países de la UE y destinado a revisar y reordenar las inversiones prioritarias en infraestructuras, deja a la Comunidad Valenciana descolgada del corredor mediterráneo, sólo contemplado de Tarragona hacia el norte. La conexión entre Castellón y Tarragona, según las últimas decisiones aprobadas por el Ministerio de Fomento, será de ancho ibérico y enlazaría con el AVE a Barcelona a través de un intercambiador de ejes instalado en la provincia catalana.

En cuanto al proyecto del AVE entre Madrid y Valencia, que el gobierno valenciano espera inaugurar en 2007, éste se convierte en una línea de alta velocidad con buena parte del trazado en línea convencional aunque adaptado a velocidades altas. Es decir, nada que ver con la línea de nueva construcción del Madrid-Sevilla o el Madrid-Barcelona.

Este grupo de expertos, dirigidos por el ex comisario de Transportes Karel Van Miert han estudiado desde el pasado diciembre más de 100 proyectos de infraestructuras propuestos por los diferentes países miembro y los ha reagrupado en función de su adecuación a la política europea de transportes, su valor añadido, el realismo de su calendario, sus perspectivas de financiación y, sobre todo, el compromiso de cada gobierno.

El balance en el caso valenciano es decepcionante, a juicio del director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, Gregorio Martín. El informe deja además en el aire las conexiones transpirenaicas entre Francia y España a la espera de que los dos países alcancen un acuerdo satisfactorio. El gobierno francés ya evidenció hace unos meses su desinterés por la ejecución de las conexiones ferroviarias entre ambos países por Cataluña y por Aragón. En abril pasado, las negociaciones para la construcción de un túnel entre Figueres y Perpiñán (túnel de Perthús) se detuvieron y no se han retomado. La explicación a este desinterés de Francia por la construcción del túnel sería económica, dado que esta vía amplía la salida de mercancías españolas hacia el resto de Europa.

Cuello de botella

La situación al sur de los Pirineos es insostenible por lo que se refiere a los tráficos de mercancías. El corredor mediterráneo es fundamentalmente un eje de paso más de mercancías que de pasajeros y se encuentra al límite. Los dos únicos pasos entre España y Francia son Irún y La Jonquera. Por este último enclave fronterizo pasa un camión de mercancías cada siete segundos por lo que el ferrocarril parece la única solución a este cuello de botella, según Martín.

Hoy está prevista una cumbre hispano-francesa, de la que se espera algún avance. "Los humores de París, como la cumbre no lo remedie, va de mal en peor", advierte el responsable del Instituto de Robótica. "El túnel entre Figueres y Perpignan sigue esperando decisiones y los franceses han sido muy claros en todos sus documentos. Su salida al mediterráneo es Marsella y quieren quitarse los camiones españoles que congestionan su red viaria, por eso quieren poner peaje a los camiones en todas sus carreteras", explica Martín. Según este experto, el propio Informe Van Miert alude a la situación cuando reconoce que los dos países no consiguen ponerse de acuerdo y ante la falta de decisiones habría que optar por aumentar la capacidad de las carreteras".

Martín concluye que el gobierno de José María Aznar sigue apostando en Bruselas por un modelo ferroviario radial en detrimento de corredores como el mediterráneo.