Dos de cal y una de arena para el rap
Últimamente, los cantantes de rap visitan con cierta frecuencia los tribunales de justicia. Sean Combs, conocido como P Diddy, tuvo que enfrentarse el pasado lunes en un tribunal de Manhattan a una demanda de 25 millones de dólares (15 millones de libras) interpuesta por su ex socio en algunos negocios Kirk Burrowes. Burrowes, que presidió el imperio de música rap Bad Boy Entertainment entre 1992 y 1997, asegura que P Diddy le obligó en 1996 a entregarle su 25% de acciones de la empresa amenazándole con un bate de béisbol. El cantante asegura que estas acusaciones son "pura fantasía". Mientras tanto, en el Caribe, las autoridades de Basterre, capital de San Cristóbal y Nevis, detuvieron el sábado 28 al rapero estadounidense DMX, cuyo nombre auténtico es Earl Simmons, porque, en un concierto, empleó lenguaje obsceno, y en este país está considerado como un delito. El cantante estadounidense fue liberado tras pagar una fianza de 376 dólares, pero tendrá que enfrentarse a los jueces. Sin embargo, no todo son togas. El premio Nobel de Literatura Seamus Heaney, de 64 años, ha manifestado su admiración por el lirismo de Eminem, nombre artístico de Slim Shady, y ha comparado el impacto que tiene sobre los jóvenes con la influencia que ejercieron en su día Bob Dylan y John Lennon. Estas declaraciones han sorprendido hasta a su hijo Mick Heaney. Es, quizás, un ejemplo más de la integración en el sistema de Eminem, cuyas letras agresivas han criticado siempre feministas y homosexuales.
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