La irresistible expansión del crédito hipotecario
El mercado hipotecario está en clara e imparable expansión, para inquietud del Banco de España, que teme, con razón, las consecuencias de un pinchazo de la burbuja
inmobiliaria, por más que se niegue la existencia de tal burbuja. Los datos del Instituto Nacional de Estadística no dejan lugar a dudas sobre la irresistible presión de los compradores de viviendas y su disposición a endeudarse para conseguir una propiedad. En marzo de 2003, el importe prestado para adquirir fincas alcanzó los 7.634,8 millones de euros, el 42,3% más que en el mismo mes de 2002. Durante el primer trimestre de este año, el número de fincas hipotecadas creció casi el 17% y el capital prestado aumentó el 25,3%.
Los precios suben, así que es lógico que suba el importe medio por finca hipotecada. En marzo fue de 104.343 euros, el 13,5% más que en el mismo mes del año pasado.
Uno de los puntos de atención de la burbuja es el distinto tratamiento que aplica la autoridad bancaria a banocs y cajas. De las reconvenciones continuas a las cajas parece desprenderse que, mientras los bancos cumplen a rajatabla las exigencias de solvencia que requieren a sus clientes peticionarios, las cajas son más laxas. El caso es que las cajas de ahorro van muy por delante en la carrera hipotecaria. En marzo de este año las cajas concedieron 4.322 millones de euros en préstamos hipotecarios; los bancos, 2.921 millones, y otras entidades financieras llegaron a los 364 millones de euros.
El debate sobre la burbuja inmobiliaria se extiende como una mancha de aceite. Mientras el Banco de España deplora el elevado endeudamiento familiar pero niega que exista burbuja
inmobiliaria, el ex gobernador Luis Ángel Rojo no duda en precisar que "una parte de la inversión inmobiliaria es burbuja, porque se trata de gente que compra no para vivir, sino para especular".
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