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Reportaje:

Playas sin miradas

Cataluña tiene 41 playas nudistas para disfrutar del sol sin preocuparse por los curiosos

Lluís Pellicer

Unas son idílicas, otras necesitan ser saneadas. Pero, en general, en todas impera una absoluta tranquilidad. A lo largo de los casi 827 kilómetros de litoral catalán hay 41 playas nudistas donde los bañistas pueden disfrutar del sol sin preocuparse de la mirada del otro. La mayor parte de ellas se encuentran en la Costa Brava. No todas disponen de los servicios ni los accesos que tienen las playas comunes, pero a cambio ofrecen la virginidad y el silencio de un espacio poco frecuentado.

Sólo 11 playas naturistas constan oficialmente como espacio destinado para practicar el nudismo. Casi todas son lo que se llama "espacio tolerado", es decir, consideradas nudistas por la tradición, el uso continuado y el reconocimiento implícito de los vecinos de la zona. Son, además, los lugares preferidos por estos usuarios. "Recomendamos sobre todo las toleradas porque son las que hemos logrado a través de la propia dinámica social, pese a que agradecemos el apoyo que muchos consistorios nos han dado al ofrecernos una playa para nosotros solos", afirma el presidente del Club Catalán de Naturismo (CCN), Pep Martín. A ellas, se unen 13 playas denominadas "salvajes", de uso ocasional o poco reconocido.

Una de las joyas del naturismo catalán es la cala de Sa Boadella de Lloret de Mar (Selva). En un tramo de costa castigado por los excesos urbanísticos, este espacio cerrado por los jardines de Santa Clotilde y la cala de Santa Cristina aún puede presumir de mostrar el aspecto más genuino de la Costa Brava. Los bañistas, además, hallan en esta playa el cobijo necesario para poder tomar el sol durante los meses de invierno.

Sa Boadella se aproxima al modelo de naturismo que el CCN considera idóneo: el mixto. "En este momento, creemos que la mejor opción es la de disponer de espacios para nosotros donde tengamos un acceso libre. Por supuesto, descartamos la postura norteamericana, donde estos lugares están cerrados y son exclusivos de los colectivos nudistas. Pero nuestro objetivo es que un día podamos reunirnos en el mismo sitio con los textiles ", explica Martín. En algunas playas, esta circunstancia se da con frecuencia. En una costa abarrotada de turistas durante los meses de verano, no son pocos los que buscan lugares más tranquilos. "Nuestras playas no son tan masificadas, suelen estar muy limpias y son bastante silenciosas. Por ello, muchos textiles las escogen para tomar el sol. La tranquilidad es, sin embargo, el único denominador común de estas playas. Algunas disponen de duchas, papeleras, servicio de mantenimiento y hasta chiringuitos de refrescos. Pero no todas poseen las ventajas que tienen las comunes. Es el caso de la cala Fonda de Tarragona, protegida dentro del Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN). En otras ocasiones, no son pocas las dificultades que encuentran los bañistas para disfrutar del sol. Como el entorno poco saneado que, según afirman, presenta la playa de El Prat de Llobregat o la incomprensión de algunos vecinos de las inmediaciones.

En Badalona, el colectivo naturista se reunía en la primera playa urbana de Cataluña, que se bautizó con el nombre de la Caci. Sin embargo, el inicio de las obras del puerto y las quejas de algunos vecinos del barrio de Progrés motivaron su traslado a los terrenos de una antigua fábrica de lejía del barrio del Manresà, un espacio que dista mucho de parecerse a una playa. Se trata de una plataforma de arena sin acceso directo al mar y ahora adecuada como solario. Y además han topado con la oposición de buena parte del vecindario. El CNN no quiere responder a estas quejas. "Estamos muy acostumbrados a estas situaciones", lamenta Martín. No obstante, los miembros del CCN están convencidos de que, una vez terminadas las obras, recuperarán la playa de la Caci, un espacio histórico para el naturismo donde antaño se solían improvisar tertulias de todo tipo. "¿Por qué unos ciudadanos tienen más derechos que otros para usar un lugar? Hay un hecho social, que nosotros acudíamos a la Caci desde hacía mucho tiempo. Y estoy seguro de que vamos a volver", añadie Martín.

De momento, los naturistas se conforman con tener sus propias playas, hoy convertidas en otro reclamo del turismo internacional. Pese a que este sector aún se halla en fase de despegue, en Cataluña hay tres cámpings para uso exclusivo de los nudistas y el pueblo naturista de El Fonoll, en Passanant (Conca de Barberà). Unos espacios que conservarán, al menos, hasta que no se sientan observados por enseñar su cuerpo sin ningún tipo de complejo.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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