La celebración del título de Liga del Madrid provocó destrozos en 2.500 metros cuadrados de zonas verdes

La fiesta madridista que se celebró el pasado domingo, tras la consecución del Campeonato Nacional de Liga por el Real Madrid, dejó en las calles del centro de la capital un total de 52.350 kilos de basura, según informaron fuentes municipales.

A pesar de que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, logró que ningún jugador se subiera a la Cibeles gracias a la muralla de metacrilato instalada alrededor de la fuente, una vez más las zonas verdes de las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu, del paseo de la Castellana, del paseo de Recoletos y de la plaza de Cibeles sufrieron los efectos de la fiesta de la afición madridista.

La presencia de miles de seguidores del Real Madrid festejando la Liga número 29 en la calle provocó destrozos en una superficie total de 2.500 metros cuadrados de zona vegetal, césped y parterre, terreno que fue repuesto en los últimos días por personal del departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento. Durante estos trabajos se procedió a reponer las 7.000 unidades de flores y plantas arrasadas por el público congregado entre el estadio Santiago Bernabéu y Cibeles y sus zonas aledañas.

Por otro lado, el dispositivo especial que llevó a cabo esa noche la Concejalía de Limpieza Urbana estuvo integrado por 171 operarios, que actuaron con 64 máquinas especiales de última generación. Entre los operarios del Selur y del servicio habitual de limpieza viaria fueron retirados de la vía 52.350 kilos de basura tras la fiesta madridista. De esta cantidad, 16.000 kilos de residuos sólidos urbanos fueron recogidos en los accesos al estadio Santiago Bernabéu y calles adyacentes, y los 27.350 kilos restantes, del entorno de influencia de Cibeles.

En anteriores ocasiones la junta directiva del Real Madrid, una vez conocida la cuantía de los gastos ocasionados por los festejos de la afición madridista, se ofreció a hacerse cargo del gasto.

Las limitaciones impuestas este año por el nuevo alcalde para el festejo molestaron a la plantilla madridista, que considera un derecho adquirido celebrar su fiesta en lo alto de la Cibeles.