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Una oleada de sabotajes provoca cortes de luz y escasez de gasolina en Irak

El ministro del Petróleo dice que los ataques afectan al suministro, pero no a la producción

Una explosión destruyó en la mañana de ayer un tramo del oleoducto que suministra el crudo a la refinería de Baiji, a unos 260 kilómetros al norte de Bagdad, a la altura de la localidad de Al Fatha. De confirmarse, como todo parecía indicar ayer, que se trata de un nuevo acto de sabotaje sería el sexto que se produce en las últimas dos semanas. Los ataques contra las infraestructuras de gas y petróleo están provocando frecuentes cortes de luz y apagones en varias zonas de Irak, como el vivido el pasado lunes en la capital, que duró más de 30 horas, y larguísimas colas en las gasolineras.

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El director ejecutivo del Ministerio del Petróleo iraquí, Thamir al Gadban, afirmó ayer que los ataques están afectando al suministro de "refinerías y centrales eléctricas, pero en absoluto a la producción de crudo", pese a que se mantiene actualmente en un cuarto del nivel que tenía Irak antes de la guerra. El ministro iraquí, que asegura no tener a ningún supervisor norteamericano por encima, insistió en que la máxima prioridad para la industria petrolera de Irak es que se restablezca la "seguridad de las instalaciones", una tarea que, dijo, está fuera del control de su departamento. Asimismo, expresó su confianza en "recuperar la capacidad de producción de crudo anterior a la guerra antes de fin de año".

El Ministerio del Petróleo, que se alza como el único edificio oficial intacto de Bagdad, ya que fue protegido por las tropas de Estados Unidos desde su entrada en Bagdad el pasado 9 de abril, contrasta con las penurias en el abastecimiento de gas, electricidad y gasolina que sufren los iraquíes. Al Gadban se justificó diciendo que después de la guerra el ministerio "había trabajado día y noche para poner las cosas en marcha" y que habían mantenido diversas reuniones con las compañías que se dedican a los derivados del petróleo para que tomasen medidas "contra el fraude y los altos precios". "No se pueden dar soluciones mágicas en dos días", añadió.

Al Gadban también dijo que en la situación actual influyen además los daños sufridos por la industria petrolera, "especialmente en el sur del país, donde muchas plantas de gas fueron muy afectadas por los saqueos", y a la antigüedad de las instalaciones.

Contratos congelados

Por otra parte, el ministro iraquí subrayó que los contratos firmados en el pasado con compañías extranjeras para la explotación del petróleo iraquí, en concreto de Francia y Rusia, "están actualmente congelados" y que era "prematuro" de momento hablar tanto "de los acuerdos alcanzados por el anterior régimen" como de los futuros tratos a los que se lleguen con empresas internacionales. Más rotundo fue cuando afirmó que "ya no habrá más petróleo gratis para Jordania" y desmintió que hubiera negociaciones para suministrar crudo a Israel. "El oleoducto Kirkuk-Haifa está fuera de servicio desde 1948", aseguró.

Irak empezó a exportar petróleo el pasado domingo con la venta de un millón de barriles de los ocho millones almacenados desde antes de la guerra en el puerto turco de Ceyhan, en el Mediterráneo, pero los continuos actos de sabotaje contra los oleoductos de los últimos días amenazan con retrasar la recuperación económica y la reconstrucción del país, cuyo coste se prevé pagar fundamentalmente con los beneficios del crudo.

Tropas italianas desembarcan ayer al sur de la ciudad iraquí de Nasiriya.
Tropas italianas desembarcan ayer al sur de la ciudad iraquí de Nasiriya.ASSOCIATED PRESS

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