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La finalización del sistema de seguridad del AVE se retrasa de nuevo hasta el 31 de julio

El incumplimiento de Ansaldo-Cobra impide a Renfe abrir la línea Madrid-Lleida en verano

La nueva línea del AVE entre Madrid y Lleida sufre un nuevo retraso. Ansaldo-Cobra, el consorcio responsable de los sistemas de seguridad, ha solicitado al GIF (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias) un nuevo plazo de dos meses, lo que obligará a Renfe a dar por perdida la temporada de verano, según informó ayer Cinco Días. El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, declaró más tarde que desconocía este nuevo aplazamiento y dijo que desde el primer incumplimiento es escéptico sobre los nuevos plazos para la puesta en marcha del servicio.

Según la información del diario económico, el sistema de señalización y control del tráfico en la nueva línea sigue sin estar a punto. Ansaldo-Cobra ha informado de que necesita más tiempo para completar su trabajo.El consorcio se había comprometido a tener a punto el sistema para el pasado 31 de mayo. Ahora, la unión temporal de empresas formada por la italiana Ansaldo y la española Cobra asegura por escrito que tendrá solucionados todos los problemas pendientes el próximo 31 de julio.

El nuevo plazo propuesto para resolver las 52 deficiencias detectadas en mayo ha sido remitido al GIF por Ansaldo-Cobra recientemente, y en él se incluyen varios hitos de ejecución gradual de los trabajos. En todo caso, en el ente público persisten las dudas sobre el cumplimiento efectivo del nuevo compromiso, en vista del rosario de retrasos e incidencias que arrastra el proyecto.

La inauguración del AVE Lleida-Madrid fue fijada inicialmente para el 12 de octubre del año pasado. Fomento propuso luego a la Casa del Rey que el viaje inaugural se celebrara unas semanas más tarde, el 20 de diciembre. Sin embargo, hasta febrero de 2003 el Ministerio de Fomento y el GIF no comenzaron a organizar viajes "promocionales" previos, que registraron numerosas incidencias y tuvieron que suspenderse.

A la vista de las deficiencias y retrasos, el GIF y Ansaldo-Cobra pactaron el 31 de mayo como fecha límite para tener solucionados los problemas de seguridad. De esta forma, el servicio podría inaugurarse y ponerse en marcha en junio y aprovechar la temporada de vacaciones estivales. Ahora, la fecha propuesta por el consorcio suministrador es el 31 de julio.

La adjudicación de los sistemas de seguridad y de control de tráfico a Ansaldo-Cobra se hizo cuando era titular del ministerio Rafael Arias-Salgado. La decisión fue ratificada después por su sucesor al frente de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos.

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El sistema de seguridad que se trata de poner a punto sólo permite velocidades máximas de 200 kilómetros por hora, muy lejos de los 300 y 350 kilómetros que debería permitir la línea en sus fase inicial y final, respectivamente, según el proyecto original del GIF, lanzado hace más de seis años.

Además del retraso del sistema que servirá de cerebro de la línea, persisten algunos problemas de geometría de la vía y de puesta a punto de la catenaria, según distintas fuentes, pero unos y otros se consideran solucionables en las seis semanas que faltan para que venza el nuevo compromiso de los italianos, según fuentes cercanas a Renfe.

Sin embargo, la compañía ferroviaria considera prácticamente perdida la posibilidad de explotar la nueva línea en la temporada alta turística, durante las vacaciones de verano. Una vez recibida la obra ejecutada por Ansaldo-Cobra, Renfe tendrá que realizar pruebas de circulación y la puesta a punto del servicio. Además, se considera inadecuado realizar un cambio tan drástico de la oferta comercial en pleno periodo punta de tráfico.

El ministro de Fomento, que ayer acudía a la Comisión de Infraestructuras del Congreso, dijo tras la comparecencia que desconoce el nuevo aplazamiento porque el GIF "no ha comunicado formalmente" al ministerio lo sucedido.

En todo caso, explicó que es "escéptico" sobre la fecha de entrada en funcionamiento del AVE Madrid-Lleida desde que se incumplió el primer plazo. El ministro aseguró que su departamento no descarta, una vez terminada la línea, emprender algún tipo de acción contra el suministrador. "Los contratos son para cumplirse en todas sus cláusulas", dijo, "entre ellas las que prevén las consecuencias de los incumplimientos".

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