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Entrevista:VALENTÍN MARTÍNEZ-OTERO | Pedagogo y psicólogo

"Las expectativas del maestro sobre el alumno acaban cumpliéndose"

Carmen Morán Breña

Doctor en Pedagogía por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y en Psicología por la Complutense, Valentín Martínez-Otero recoge en este nuevo libro, Teoría y práctica de la educación (Editorial CCS), numerosos aspectos del proceso educativo, de la inteligencia a la creatividad, del rendimiento escolar a la educación moral y ofrece soluciones a los problemas más acuciantes. "Este libro es un canto a la educación adecuada al siglo XXI, es un libro para leer y practicar", dijo en su presentación la catedrática emérita de la Universidad Complutense Isabel Zuloaga.

Pregunta. ¿Cómo percibe el clima actual en las aulas?

Respuesta. Es heterogéneo pero hay una llamativa indisciplina y desmotivación y entre los profesores, además, cierto malestar. ¿Las razones? Quizá la incertidumbre ante el futuro, la inestabilidad laboral, la sobrecarga de tareas y el no saber canalizar los profundos cambios que están viviendo: tecnologías, multiculturalidad. Hay también falta de coordinación entre familia y escuela.

"Hay que reformar la educación desde la raíz, más allá de lo que luego se legisle"

P. ¿Qué reforma se necesita?

R. Una reforma de la educación desde la raíz, más allá de lo que luego se legisle. Hay que retornar a la coherencia educativa. Se debe incidir también en una mejor formación del profesorado, tanto inicial como permanente. Y eso vale también para los universitarios. Hace falta una vocación permanente.

P. ¿Percibe una debilitación de valores?

R. Hay una relativización de los valores y un subjetivismo ético, cada uno se guía por cómo mejorar lo que le viene en el momento, lo que más satisface a sus deseos. Esta falta de valores afecta a todos, alumnos y docentes.

P. ¿Cree que la comunidad educativa es cada vez menos comunidad?

R. Sí, eso es. Y hay que tender justo a lo contrario. Impera el individualismo y la cooperación es, en algunos casos, forzada. Hay que rescatar la comunidad educativa y que venga presidida por la autonomía, que no el individualismo, y el compromiso.

P. ¿Saben los alumnos de hoy menos que los de antes?

R. Saben distinto, pero menos en general. En contenidos rigurosos por supuesto, pero no se trata de volver a una escuela memorística, eso sería nefasto, sino de aprender a aprender.

P. Suelen describirse los problemas del sistema educativo, pero ¿dónde están las soluciones?

R. Mágicas no las hay, pero yo mismo apunto algunas en el libro. Rescata la comunidad educativa en sentido extenso, fortalecer la coordinación con los padres, propiciar un uso formativo de los medios de comunicación, formar desde la infancia en el uso de las nuevas tecnologías y dar importancia a las dimensiones moral, social y emocional de la educación. Y no olvidar la creatividad y la interculturalidad. La fórmula que permanece válida es: más recursos y formación técnica.

P. Habla usted de cómo la herencia genética puede suponer un techo a la intervención educativa, pero ¿hasta dónde puede llegar la educación?

R. La psicopedagogía admite que hay influencia genética y ambiental, claro, porque si no, no tendría sentido la educación como motor de cambio. Pero más que cuantificar, hay que pensar en las posibilidades de mejora.

P. El papel del maestro es básico en este punto.

R. Absolutamente. El que llamamos efecto Pigmalión viene a decir que las expectativas que los maestros depositan en sus alumnos acaban por cumplirse. Si les estimulan recibirán los frutos en los que se han empeñado.

P. ¿Qué opina de las escuelas domicilio, que permanecen abiertas durante prácticamente todo el día y el año?

R. Lo ideal es que el niño esté también en casa, y acompañado, pero dadas las circunstancias es bueno que estén abiertos los colegios, siempre que haya formadores profesionales.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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