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Apuntes

Los cursos estivales de los centros valencianos crecen en oferta, demanda y diversidad

La Universitat d'Estiu de Gandia cumple veinte años y se abre al espacio latinoamericano

La Universitat d'Estiu de Gandia se plantea en su veinte aniversario superar la estacionalidad estival e inicia el intercambio internacional. En su segunda edición, la Rafael Altamira de Alicante multiplica sustancialmente la oferta académica y de plazas. El número de solicitudes de becas Drac, que convoca el Institut Joan Lluís Vives para la movilidad entre las 18 universidades -cuatro valencianas- de la red, supera a la oferta por primera vez. Son datos y circunstancias que revelan movimientos hacia adelante en la tradicional oferta académica estival, en medio de su aparente estabilidad.

Incluso el patrocinio privado empieza a hacer acto de presencia en esta oferta. "Por primera vez han llegado dineros privados", reconoce Joan del Alcázar, que se estrena como director en la vigésima edición de la Universitat d'Estiu de Gandia, la más veterana de las iniciativas veraniegas, puesta en marcha en 1983 por la Universitat de València, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad y la Consejería de Cultura. La aportación privada suple, asegura Del Alcázar, el decreciente apoyo de la consejería, que el curso pasado dejó de respaldar la decana de las convocatorias estivales valencianas. La renovación del gobierno de centro-izquierda en Gandia, por otra parte, garantiza también el apoyo municipal los próximos años. En todo caso, la Universitat d'Estiu vive "un momento de redefinición", en palabras de su director. "La ampliación a las restantes estaciones", explica, "está decidida y se evidencia ya en la adscripción de la Cátedra Alfons Cucó, lo que permitirá abrir un espacio de reflexión y debate sobre política europea todo el año, a través reuniones, conferencias, seminarios y puede que hasta congresos". Además, la anunciada visita del rector de la Universidade Estadual Paulista de Brasil constituye el primer paso para incluir un contingente estudiantil de ese país en los cursos de Gandia, "tal vez ampliable a los demás países del Grupo de Montevideo y Chile", avanza Del Alcázar, También está en estudio la creación de una residencia de estudiantes vinculada a la Universitat d'Estiu.

Las universidades de Gandia y Rafael Altamira introducen el patrocinio privado

La Universitat de Gandia oferta diez cursos, además diversos talleres y actividades abiertas, aglutinados temáticamente en torno al epígrafe Entre el risc i la seguretat. Son pocos los casos en que los cursos estivales de una universidad se agrupan en torno a un hilo argumental común. "El hilo temático es la insignia que singulariza a Gandia", sostiene Del Alcázar, quien, como profesor, coordina un curso sobre La crisi que no acaba: Argentina desde la història i des de l'economia. "Dentro del título genérico, buscamos la pluridisciplinariedad", agrega. Entre el riesgo y la seguridad es también el título de la conferencia inaugural que pronunciará Amelia Valcárcel el día 14 de julio. Un epígrafe en el que caben desde el curso sobre Altres visions de la globalització, que coordina Joan Romero, a Sexe i conflicte: una aproximación científica al sexe, a cargo de Ester Desfilis. Con un tope de 1.000 estudiantes inscritos, "en el 80% de los cursos, la demanda supera a las plazas prevsitas", asegura Del Alcázar.

Esa circunstancia también se produce en la segunda edición de la alicantina Universidad de Verano Rafael Altamira, donde "en varios cursos ya se ha llegado al tope" de 80 alumnos inscritos, señala su director, Ramon Llorens. Y eso que la capacidad para 200 alumnos del curso anterior se incrementa hasta los 1.000, con una oferta creciente: de los 6 cursos de 2002 a los 18 cursos actuales. "Probablemente, aún creceremos algo más, pero ya de forma moderada", aventura el director: "Se trata de avanzar hacia la consolidación". La oferta de la convocatoria estival estelar de la Universidad de Alicante, diversa, va desde el curso sobre Sindicalismo en la construcción europea que dirige Antonio Gutiérrez, a La intervención pública sobre las prácticas de ocio de Ramón Martín Mateo. "La multidisciplinariedad corresponde a la variedad de las áreas temáticas de la universidad, ya que previamente se hace una convocatoria pública entre los departamentos", explica Llorens.

En cuanto a la procedencia del alumnado, predomina la matrícula alicantina, pero también llegan estudiantes de Castilla-La Mancha, País Vasco y Madrid. También en este caso ha entrado de lleno el patrocinio externo, procedente tanto de instituciones como el Ayuntamiento y la Diputación alicantinos o CC OO, como de empresas privadas (Anaya, ASISA, Danone), "dependiendo de qué cursos se trate", puntualiza Ramón Llorens.

Margarita Porcar, vicerrectora de la Jaume I que preside la comisión de actividades de verano del Institut Joan Lluís Vives, subraya la creciente oferta de las 18 universidades que forman esta red, entre ellas la Politécnica de Valencia, la Universitat de València, la de Alicante y la de Castellón. Entre todas ellas suman casi 900 cursos estivales, en un ámbito de intercambio también creciente. "Los estudiantes interiorizan cada vez más", señala Porcar, "que la movilidad está a su alcance y, de hecho, ésta es la primera vez en que las solicitudes de becas Drac están por encima de la financiacón prevista". El programa Drac facilita la movilidad estudiantil para asistir a los cursos de la red Joan Lluís Vives.

Por lo que respecta a los cursos de verano propios de la Jaume I la oferta se ha estabilizado "tras superar el año pasado la barrera de los veinte", señala la vicerrectora. Algunos de ellos tenían ya lista de espera la semana pasada. La matrícula se sitúa en torno a los 600 estudiantes.

La Universidad Politécnica concentra la actividad estival en la III Universidad Internacional de Verano sobre Patrimonio, estructurada en dos cursos (Gestión del patrimonio construido y medioambiental e Intervención sobre el patrimonio construido) que serán impartidos del 14 al 25 de julio por profesorado español y extranjero. En cuanto a la Cardenal Herrera-CEU, su universidad de verano ofrece durante el mes de julio una decena de cursos diversos, del marketing a los idiomas o el derecho, en las sedes de Villena y Valencia.

De Vinaròs a Orihuela

La descentralización comarcal de los cursos estivales se ha acentuado con los años. Más de quince sedes diferentes se pueden contabilizar si se repasan los programas de todas las universidades valencianas, que cubren con su oferta el País Valenciano desde Vinaròs a Orihuela. En paralelo a la Universidad de Verano Rafael Altamira, la Universidad de Alicante ha institucionalizado tres sedes de extensión universitaria que, durante el verano, ofertan este año nueve cursos y cuatro seminarios . Todo ello con un cierto carácter especializado: la sede de Benissa mirando a Europa, Cocentaina en torno a la comunicación científica y Biar, alrededor de la economía, gestión de empresas, nuevas tecnologías y turismo. Además, ha ampliado la oferta a Finestrat, con una serie de cursos dirigidos por el ex rector Ramón Martín Mateo.

La Universidad Miguel Hernández plantea una treintena larga de cursos y talleres que realizan, en la medida que se cubre la matrícula, en media docena de lugares diferentes. La sede central de Elche se lleva la palma, pero hay actividades que también se llevan a cabo en Orihuela, Altea, Sant Joan e incluso Santa Pola. Villena es la sede de un amplio y variado paquete de "cursos abiertos", e incluso los hay que se desarrollan fuera de la Comunidad Valenciana, como el del Románico catalán (en el Vall del Boí) o o el del Camino de Santiago (in situ). La Universitat Jaume I "barre" la mayoría de las comarcas castellonenses, con cursos en Morella, Vinaròs, Benicàssim, Segorbe, La Vall d'Uixó, Segorbe, Atzaneta del Maestrat y, por supuesto, Castellón.

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