Los 'mossos' detectan en un año a 445 conductores que circulan a más de 180 kilómetros por hora
El exceso de velocidad fue la causa de 15,2% de accidentes mortales en 2002
La velocidad en la carretera ha aumentado en los últimos años. Los accidentes por exceso de velocidad son una de las grandes preocupaciones del Servicio Catalán de Tráfico (SCT) para cumplir los objetivos del Plan de Seguridad Viaria 2000-2004, que pretende reducir en un 15% los accidentes mortales. En 2002, las infracciones de velocidad fueron la causa del 15,2% de los accidentes con víctimas que se produjeron en Cataluña. Pero la verdadera bestia negra están siendo los conductores bala, que circulan a una velocidad superior a 180 kilómetros por hora. Los radares de los Mossos d'Esquadra han detectado en un año a 445 vehículos de este tipo.
"Pese a que el exceso de velocidad es una conducta generalizada, el número de conductores temerarios representa el 1% del total. Es necesario adoptar medidas de carácter disuasorio para acabar con estos comportamientos extremos de alto riesgo", asegura el director general del SCT, Joan Delort.
Casi el 20% de los conductores bala circulaba nada menos que a más de 200 kilómetros por hora, cuando la velocidad máxima permitida es de 120 kilómetros por hora. Cerca del 20% circulaba a velocidades entre 190 y 200 kilómetros. En el segundo semestre de 2002, la policía fichó en Cataluña a 55 personas que acumulaban más de cinco denuncias por conducción temeraria. "Hemos observado que durante el año pasado la velocidad media en las autopistas fue de 127,8 kilómetros por hora, una cifra superior a la reglamentaria. Esto ha encendido las alarmas para desplegar más medidas de control", afirma Delort.
La consejera de Justicia e Interior, Núria de Gispert, ha anunciado que el Ejecutivo catalán hará propuestas en el Congreso para que se endurezca el Código Penal para los conductores temerarios. Las sanciones ahora pueden llegar hasta los 600 euros y a la suspensión de tres meses del permiso de conducir. Se pretende clarificar esta ley para que los conductores reincidentes puedan ingresar en prisión.
Bajan los accidentes
Pero si la velocidad preocupa a las autoridades, los accidentes han ido a la baja en cinco años, un periodo en el que el parque automovilístico ha crecido en 800.000 vehículos; es decir, el 21,5%. Pese a ello, los datos del SCT reflejan que se ha logrado que en este tiempo el número de accidentes de tráfico se haya reducido en más de 2.500 siniestros. Este descenso no evita que las cifras continúen siendo estremecedoras. En 2002, se produjeron 21.465 accidentes de tráfico, en los que fallecieron 708 personas y 29.891 resultaron heridas.
Estos datos son incluso mejores que las previsiones anuales que el SCT se marcó para reducir en un 15% el número de muertos y heridos graves respecto a los datos de 2000. Los objetivos del plan establecían que esta cifra debía bajar de los 5.145 accidentados en 2000 a 4.759 en 2002. El año pasado, el SCT pudo mejorar sus previsiones al registrar 4.702 muertos y heridos de gravedad (véase gráfico).
Las medidas que llevan aplicando los responsables de tráfico parecen empezar a tener efecto. La premisa básica es que las campañas de sensibilización pueden convencer de que no se debe conducir de forma temeraria, pero sólo si se acompañan con medidas legales y un control efectivo.
Para frenar el incremento de accidentes por velocidad excesiva, los Mossos d'Esquadra han intensificado la vigilancia en las carreteras. Este incremento de los controles se tradujo en 2002 en la apertura de 75.735 expedientes a infractores, 39.502 más que en 2001, cuando la policía catalana presentó 36.233 denuncias por exceso de velocidad. Este año ya se han abierto 41.233 expedientes.
La nueva línea de incrementar la presencia policial se ha plasmado también en los controles de alcoholemia. "La conducción bajo efectos del alcohol es el segundo gran problema que tenemos. Pero aumentando los controles preventivos hemos logrado reducir las tasas del 7% registrado en 2000 al 5,8% del año pasado", explica Delorts.
En total, los cuerpos policiales efectuaron 366.089 pruebas, casi 26.000 más que en el año anterior. De éstas, 332.899 fueron de carácter preventivo. En estos últimos controles, esta proporción también disminuyó al situarse en el 4,9% en el año pasado.
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