¿Para qué?
¿Para qué hemos de celebrar nuevas elecciones? No ha sido su función como vehículo de expresión del pueblo lo que han menoscabado esos dos, sino la etapa correspondiente a la constitución legal de la Cámara, en la cual los ciudadanos no intervenimos.
Simplemente, subsánese este segundo tramo. Y es que la mayoría -la que legitima las decisiones en una democracia- ya hemos elegido a la izquierda para que nos gobierne, para que cambie la Ley del Suelo, para que detenga la vorágine inmobiliaria... Porque la mayoría de nosotros, oiga, no tenemos intereses en una constructora. Yo mismo, no obtengo beneficios económicos del urbanismo, ni mis conocidos tampoco.
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