Para no perder la ilusión
Cuántas veces he pensado, mirando el estado de nuestras costas invadidas por el hormigón o el horizonte de Madrid agobiado por las grúas, ¿habrá algún día un político que plante cara a la especulación inmobiliaria? Y llegó Simancas, y con él, la esperanza de que empiecen a cambiar las cosas. Llegó, y habló de intereses generales, de protección del medio ambiente y de la vivienda. Argumentos demasiado peligrosos para algunos intereses particulares. A mí, lo que me da miedo es que lleguen a ganar otra vez los herederos del "don Pablo" de la serie Cuéntame, metáfora edulcorada del promotor sin escrúpulos.
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