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Los inmigrantes temen a Melchor

Mohamed y Boujemaa, dos marroquíes con título de oficial en el sector de la construcción, llevaban años trabajando en España sin padecer problemas laborales. Hasta que hace unas semanas su empresa los destinó a Vitoria, al barrio de Lakua. Allí, Proinsa, compañía con sede en Lalín (Pontevedra), participa en la edificación de 220 pisos. Los dos magrebíes llegaron a Vitoria con un contrato que les debía mantener en la obra hasta agosto. Sin embargo, en menos de un día y medio estaban despedidos. Y no sólo ellos. Lo mismo les ocurrió a otros tres compañeros, uno procedente de Argelia, otro subsahariano y un chileno en el plazo algo más amplio de diez días.

En su carta de despido, la empresa les explica que siempre había estado satisfecha con su rendimiento, pero que "en las últimas fechas" había percibido falta de rendimiento y motivación, y que incluso habían llegado a "incitar a otros compañeros a incumplir las órdenes" de sus jefes. Hay una coincidencia en estos despidos y otros que también se han producido últimamente en otras ciudades donde está trabajando la misma empresa: todos esos inmigrantes estaban a las órdenes del mismo encargado. Su nombre es Melchor.

Mohamed: "A los obreros españoles les deja ir al baño o fumar. A nosotros no"

"El primer día llegué, como era nuevo, le pregunté dónde estaban las herramientas. Me contestó: 'Vete a buscarlas'. ¿Cómo iba a encontrarlas, entre más de 200 pisos?", se pregunta Boujemaa. "También pedí guantes para trabajar y me dijo: 'No hay". Boujemaa lleva seis años trabajando en España y asegura que es su primer despido.

Mohamed trabaja para esta empresa desde octubre de 2001 y no tiene ninguna queja de Proinsa, pero sí hacia ese encargado en concreto. "Antes de venir a Vitoria, estuve con él en Irún y allí despidió a tres oficiales de primera marroquíes", afirma. "Aquí empecé en enero y no hubo ningún conflicto con el otro encargado, pero llegó él y desde el primer día empezaron los problemas. A los obreros españoles les deja ir al baño o fumar. A nosotros no. En la obra yo tuve que trabajar sin la ayuda de peones. Pero me pedía el mismo rendimiento".

El sindicato ESK-CUIS ha atendido sus casos y presentará en los próximos días una denuncia ante la Inspección de Trabajo. "No queremos denunciar a la empresa por prácticas racistas, pero sí a esa persona en concreto", explica Ignacio Funes, encargado del asunto. "Allá donde va ese encargado, surgen problemas. No sólo ha estado en Vitoria. También en Bilbao, Irún y otras ciudades. Somete a los inmigrantes a un continuo acoso. Por eso queremos que Trabajo investigue los demás sitios donde ha trabajado", señala el sindicato.

La empresa aludida asegura que no conocía de primera mano los hechos, pero sí le habían llegado referencias sobre el alto índice de despidos de inmigrantes en las obras dirigidas por Melchor. "Hemos tomado las medidas oportunas para que no tome decisiones sin consultar a la empresa", asegura el director de Recursos Humanos de Proinsa. "No sabemos lo que ha ocurrido, pero era extraño que esos trabajadores sí funcionaran en otros lados y no aquí". La empresa, que tiene cerca de 375 empleados de los cuales la mitad son inmigrantes, asegura que "si no es justo el motivo de los despidos, se intentará llegar a un acuerdo y pedir disculpas". Mientras, los trabajadores despedidos siguen en el paro.

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