Los ministros de Agricultura suspenden la reunión que debía aprobar la reforma de la PAC
Los países más ricos de la UE se niegan a perder más fondos agrícolas que el resto
Las interminables reuniones del Consejo de ministros de Agricultura, que se disponía a acometer una reforma crucial de la PAC (Política Agrícola Común), quedaron ayer suspendidas hasta el próximo miércoles. Decepcionados y fatigados, los miembros de las delegaciones nacionales de los quince fueron incapaces de resolver sus diferencias. La oposición francesa a la reforma fue determinante, pero no la única. "La presidencia griega y la Comisión han sido incapaces de hacer propuestas aceptables. Todos estamos descontentos", dijo un negociador español. El ministro griego hizo votos porque, al menos, se logre un acuerdo antes de que acabe su mandato el próximo 30 de junio.
La otra gran compensación para España, esta vez con el apoyo francés, ha sido la de tumbar la idea original de Bruselas de desvincular totalmente de la producción las ayudas agrícolas: seguir pagando a los agricultores con fondos comunitarios en virtud de otros conceptos, como la buena situación agropecuaria de la explotación, pero no por la cantidad de ganado o de cebada que produzcan. Para Francia, máximo productor agrícola, y para España tal principio era inaceptable.
Sistema intermedio
Todos coinciden, sin embargo, en que si la reforma no sale será más difícil negociarla el año próximo entre 25 (una vez ampliada la Unión) y que un acuerdo ahora situará a la UE en mejor posición en la próxima ronda negociadora de Cancún (México) en septiembre próximo.
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