Reñir a la oposición
¿Por qué han provocado sorpresa las palabras de Díaz Alperi reprendiendo a la oposición? Quizá en los países donde la democracia lleva años instalada resulte extraño que un alcalde arremeta contra sus oponentes en un acto protocolario, y se prefiera utilizar las formas de la cortesía. Pero entre nosotros, unos recién salidos de la dictadura, como quien dice, el comportamiento es bastante habitual. Por no hablar, claro, de la vehemencia de nuestro carácter. Además, tengamos presente que Díaz no ha hecho, en este caso, sino seguir la línea de su partido, que culpa al contrario cuando un asunto le desagrada.
Es innegable que con una oposición sometida se gobierna con mayor comodidad, y uno se evita muchos de los quebraderos de cabeza que ocasiona el gobierno de una ciudad. En este sentido, no podemos negar a Díaz el derecho a allanarse el camino, apercibiendo a sus oponentes. Tal vez así, logre que se vuelvan más dóciles a sus deseos. Pero si hubiéramos de juzgar por estos años pasados, no podríamos decir que el alcalde se ha visto maniatado en su labor. Cualquiera que escuchara el otro día sus palabras, sin conocer la historia reciente de la ciudad, pensaría que Díaz ha tenido enfrente una oposición que le ha impedido gobernar. Nada más lejos de la realidad. Si exceptuamos el asunto del palacio de congresos y un par de casos que han acabado en los juzgados, ha disfrutado de una legislatura muy confortable.
Ese trabajo lento, cotidiano, tenaz, que consiste en controlar día a día la labor del alcalde y sus concejales para convencer al ciudadano que puede administrarse la ciudad de otra manera, eso no lo ha hecho la oposición en ningún momento. Sus miembros han sido demasiado perezosos, cuando no han perdido el tiempo peleándose entre ellos o discutiendo por unos euros. La prueba es que Díaz ha hecho y deshecho a su gusto en la ciudad, sin que nadie se lo impidiera. Se ha reunido con los constructores y de consuno han dibujado el Alicante del futuro según les ha parecido mejor a uno y a otros. ¿A qué viene ahora quejarse de la oposición? En todo caso, si el alcalde quiere reñir a estas personas, me parece muy bien, pero que no lo haga alegando que le impiden gobernar, sino porque no cumplen con su trabajo y no se merecen el dinero que les pagamos los ciudadanos. Ahí sí tiene Díaz un excelente motivo.
A mí me parece que si Luis Díaz fuera un hombre consecuente, debería haber mostrado su reconocimiento a la oposición en lugar de reprenderla públicamente. A fin de cuentas, gracias a ella ha podido revalidar la alcaldía con mayoría absoluta. De haber tenido enfrente un grupo opositor como Dios manda, serio, organizado, combativo, Díaz se hubiera visto en graves dificultades para mantener su puesto. Si la mayoría de los ciudadanos le han elegido, no ha sido tanto por su calidad de gobernante como por carecer de alternativa. O ¿creen ustedes que de haber tenido una opción seria a quien votar, los alicantinos se hubieran inclinado por un alcalde que en ocho años ha sido incapaz de ejecutar ninguno de sus grandes proyectos? Porque todo lo que Luis Díaz Alperi promete ahora para embellecer la ciudad -soterramiento de las vías del ferrocarril, Palacio de Congresos, Vía Parque, Ciudad de la Luz- es lo que prometió cuatro y ocho años atrás.
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