Un grupo anarquista se atribuye la bomba contra el colegio Cervantes de Roma
A 'Las Cinco Ces' se les responsabiliza de los paquetes bomba contra Iberia y EL PAÍS
La pista anarquista en el atentado que provocó el martes desperfectos de escasa importancia en el colegio español Cervantes, de Roma, considerada por los investigadores como la más fiable, quedó confirmada ayer por una nota reivindicativa. El denominado grupo de Las Cinco Ces (Célula contra el Capital, la Cárcel, los Carceleros y sus Celdas), se responsabilizó ayer en una octavilla enviada al diario comunista Il Manifesto de la olla bomba que estalló la madrugada del martes en el liceo. El grupo, sin una dirección clara, es el mismo que envió en diciembre pasado una serie de paquetes bomba a sedes de Iberia en Italia y a la de El PAÍS en Barcelona.
La octavilla, de una veintena de líneas, escrita en italiano en letras mayúsculas, se limita a apoyar las "reivindicaciones" de los presos sometidos en España al régimen especial, y se justifica el ataque al colegio Cervantes por ser "uno de los símbolos del dominio español presente en territorio italiano". El grupo de Las Cinco Ces ha cometido pequeños atentados en Italia, la mayoría orientados a llamar la atención sobre la situación de varios italianos encarcelados en España en régimen de máxima seguridad, conocido con las siglas FIES (Ficheros de Especial Seguimiento).
Uno de estos presos es Claudio Lavazza, de 54 años, antiguo integrante del grupo Proletarios Armados por el Comunismo, que después pasó a integrarse en Lucha Continua, huido a España, donde participó en el asesinato de dos policías en 1996 durante un atraco en Córdoba. El otro detenido es Michele Pontolillo, condenado junto a Lavazza por el secuestro del vicecónsul italiano en Málaga. Precisamente Lavazza fue trasladado a Italia recientemente para declarar en causas pendientes en este país.
El Duomo de Milán
El grupo de Las Cinco Ces se encuadra en una órbita anarquista a la que la policía italiana responsabiliza de la colocación de varios paquetes bomba en el pasado, como el encontrado el 13 de diciembre de 2000 en la terraza del Duomo de Milán, en ese momento repleta de turistas. En aquel caso, la reivindicación iba firmada por una Sociedad Internacional, grupo anarquista radical que "saludaba a los prisioneros en lucha contra torturas y represión en todas las cárceles del mundo" y se solidarizaba con "los presos en huelga de hambre en las cárceles españolas".
"Sostenemos con acciones de sabotaje contra el Estado y el capital español, en España y en el extranjero, la lucha de los rebeldes prisioneros en los módulos FIES en España", dice la octavilla, que reclama también la abolición del régimen especial de detención, y pide la excarcelación de los enfermos terminales, el final de la dispersión de los presos y la puesta en libertad de los que llevan más de 20 años en la cárcel.
El fiscal ayudante de Milán Ferdinando Pomarici, que investiga desde hace tres años los atentados atribuidos a la galaxia anarco-insurreccional, como se la conoce en Italia, consideraba ayer que los envíos "pueden estar dictados por un deseo de desestabilización". En todo caso, asegura, "no creo que deba hablarse de alarma generalizada, son hechos circunscritos, ligados a una motivación precisa".
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