El laboratorio de Marko Peljhan se instala temporalmente en la Bienal de Venecia
El proyecto, que se presentó en 1997 en la Documenta de Kassel, se clausurará en 2007 en Antártida
El Makrolab es una de las experiencias más originales y articuladas de las que se han generado en el punto de confluencia entre arte, ciencia, investigación y creación. Ha llegado a Venecia con motivo de la 50º edición de la Bienal que se celebra hasta el 2 de noviembre. Por sus peculiares características, el proyecto seleccionado por Igor Zabel para la sección Sistemas individuales, no se encuentra en el recorrido expositivo, sino que ha sido instalado en la abandonada Isla de Campalto y quien quiera visitarlo tendrá que coger un barco especialmente fletado por la organización de la bienal.
Concebido por el artista esloveno Marko Peljhan en 1994, el Makrolab se convirtió en una realidad en 1997 para la Documenta X de Kassel. Si un trabajo se merece la etiqueta de work in progress éste es el Makrolab, ya que desde el principio fue creado para ser desarrollado a lo largo de 10 años y todas sus fases preven la colaboración de diferentes artistas, científicos y operadores en el campo de los medios.
El Makrolab es un laboratorio equipado para que cuatro personas puedan vivir (con una autonomía de 120 días), trabajar y comunicarse con el exterior. También su aspecto se va modificando y en 2007, cuando se clausura el proyecto, tendrá una nueva arquitectura que será instalada en la Antártida, donde se quedará como base permanente para artistas y científicos.
El laboratorio, que produce su propia energía con placas solares y sistemas eólicos, está dotado de las últimas tecnologías para el análisis de las tres áreas principales de su investigación: telecomunicaciones, sistemas climáticos y migraciones en el sentido más amplio del término. En la etapa veneciana la atención del Makrolab se centrará en los éxodos vinculados a las zonas de guerra y a las tensiones sociales, desde las migraciones de las aves a las de los capitales. También se observará la evolución del concepto de obra de arte en la era de las redes de comunicación creativas.
Durante la Bienal en el laboratorio de Makrolab trabajarán entre otros: Ljudmila, un colectivo de Ljubliana que se encargará de la creación de la base de datos y de finalizar Slix (una edición eslovena de Linux); Bureau d'Etudes, que desarrollará un software para la visualización de bases de datos no lineales; la asociación de ornitología Dopps, que realizará una investigación sobre las migraciones de aves en la laguna de Venecia; Brian Springer, que trabajará en un proyecto satelitar, y Dyne.org, que ampliará su proyecto de desarrollo y distribución de programas de código libre. Además, la Universidad Politécnica de Nova Gorica (Eslovenia) llevará a cabo un trabajo de mediciones ecológicas y análisis de las arquitecturas del Makrolab.
Música gratis
En otra sección de la Bienal llamada Zones of Urgency se presenta Burn, una nueva instalación de la taiwanesa Shu Lea Cheang. El proyecto se inspira en la Pantip Plaza de Bangkok, donde se encuentran muchos pequeños comercios que ofrecen un servicio denominado Copy and
Burn, es decir la posibilidad de realizar versiones ilegales y baratas de programas informáticos, música, juegos, etc. Burn se articula en una una página web y una instalación donde se han almacenado 3.000 CD y la documentación fotográfica de las noticias de crónica de las hogueras de CD pirateados, realizadas por el Gobierno tailandés.
La web desafía las leyes que los gobiernos imponen para controlar el fenómeno, incitando a los usuarios a compartir sus archivos musicales y ofreciéndoles gratuitamente su archivo para que descarguen las piezas en formato mp3 y puedan grabarlas en un CD.
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