_
_
_
_
CRISIS INSTITUCIONAL EN LA COMUNIDAD DE MADRID
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Corrupción transversal

El desleal comportamiento de los dos diputados autonómicos socialistas que rompieron la disciplina de voto en la elección de la presidencia de la Asamblea de Madrid ha hecho aflorar una sórdida historia cuyo argumento central es la presunta existencia de un contubernio entre especuladores inmobiliarios y cargos electos no sólo del PSOE sino también del PP. Como respuesta a las primeras informaciones periodísticas, socialistas y populares se han dedicado a proyectar los focos sobre la basura ajena y a ocultar la mugre propia, olvidando que se halla en juego algo tan importante para el sistema democrático -y para ambos partidos- como es la autonomía de la política respecto a los dictados de oscuros grupos de presión que pretenden corromperla e instrumentalizarla. La opinión pública, sin embargo, tiene derecho a conocer en toda su complejidad el conjunto entrelazado de irregularidades que la fiscalía y los tribunales empiezan ahora a investigar; sólo los militantes fanatizados de uno y otro partido pueden llegar a la disparatada conclusión de que la corrupción política es un pecado ontológico y exclusivo del bando contrario: populares y socialistas deben establecer una tregua para combatir de manera conjunta una amenaza que les afecta por igual.

Más información
El PSOE pide prisión y la suspensión de la condición de diputados de Tamayo y Sáez

¿Quién ha escrito este folletín? De no ser por las noticias posteriores, la económica hipótesis del calentón tal vez hubiera podido explicar satisfactoriamente por sí sola los hechos: al diputado Tamayo se le habría ido la mano tanto cuando formuló el chantaje (la amenazadora exigencia para su grupo de una consejería relacionada con el urbanismo) como al instrumentarla (la salva de aviso disparada en la Asamblea fue un cañonazo a la línea de flotación del PSOE). Pero las investigaciones periodísticas -iniciadas por la Cadena SER- no sólo han descubierto los nexos que vinculan a los socialistas tránsfugas con una red de negocios inmobiliarios y de juego madrileña; también amplían las fronteras de la oscura trama hasta algunos ayuntamientos controlados por el PP y mencionan al actual secretario general de los populares de la región -ex alcalde de Majadahonda- como contacto de los conseguidores. Si esa hipótesis se confirmara, estaríamos frente al teratológico caso de una red de corrupción político-mafiosa que cruzaría de forma transversal ambos partidos.

La lógica de la confrontación partidaria entre PSOE y PP ha desembocado en un estrepitoso intercambio de acusaciones y querellas. Es obvio que la operación desestabilizadora emprendida por los diputados tránsfugas se proponía impedir la llegada al poder del PSOE y el cambio del actual statu quo urbanístico de la región; la conclusión lógica de esa premisa era abrir al PP las puertas del Gobierno de par en par. Pero no resulta imprescindible remontarse hasta los centros de decisión últimos de los populares para descubrir la fuente de la maniobra: bastaría con esa red mafiosa de especuladores asociada de manera transversal con cargos electos -socialistas y populares- instalados en un segundo nivel cuyos comportamientos sus jefes toleran por un injustificable patriotismo de partido.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_