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La Generalitat vuelve a conceder el régimen abierto a De la Rosa, revocado en dos ocasiones por la justicia

No hay dos sin tres. El Departamento de Justicia de la Generalitat ha vuelto a conceder el tercer grado penitenciario al financiero Javier de la Rosa, que cumple 20 meses de prisión en la carcel barcelonesa de Brians por haber intentado estafar al Grupo KIO 300 millones de euros en 1992. Es la tercera vez en seis meses que la Generalitat adopta esta decisión, después de que las dos anteriores hayan sido revocadas por la justicia tras los recursos de la fiscalía, que ahora también puede recurrir esta nueva disposición.

La última decisión administrativa se aplica desde el pasado viernes, 11 días después de que De la Rosa regresara a la cárcel. El 2 de junio la Audiencia de Barcelona revocó otra decisión de la Generalitat, avalada por el juez de vigilancia penitenciaria, de concederle el régimen abierto. En aquella ocasión, la administración catalana se acogió a un artículo del reglamento penitenciario que se aplica en muy escasas ocasiones, pero el fiscal recurrió y los jueces entendieron que era un subterfugio legal dar un trato de favor a De la Rosa.

Ahora la Generalitat razona su decisión de volver a conceder el tercer grado a De la Rosa en que está próximo a cumplir las tres cuartas partes de la condena y al hecho de que colabora con la Cruz Roja. En la anterior ocasión, la Generalitat argumentó que De la Rosa colaboraba con una parroquia, pero los jueces consideraron que eso no era suficiente porque no había ninguna forma de control ni horarios sobre él. También se justificó la medida en el hecho de que De la Rosa también pasaba el día fuera de la cárcel trabajando en su despacho profesional, pero los jueces respondieron que fue desde ese despacho en el que "desarrolló la actividad delictiva por la que cumple condena". El financiero acumula otra pena de cinco años de cárcel por la Operación Wardbase que está pendiente de recurso y estos días se le juzga en la Audiencia Nacional por irregularidades en la venta de las papeleras ICSA e Impacsa.

En realidad, Javier de la Rosa apenas ha pasado unas semanas en prisión. Ingresó el 22 de noviembre de 2002 y a las tres semanas ya fue clasificado en tercer grado penitenciario. El fiscal recurrió y el 8 de enero regresó a la cárcel por decisión del juez de vigilancia penitenciaria, al considerar que "nunca" tuvo voluntad de reinsertarse. El 7 de abril De la Rosa volvio a obtener el régimen abierto, pero la Audiencia de Barcelona lo revocó.

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